DANIEL SALMORAL.- Llega febrero, y con él los partidos y agrupaciones, más los mentideros políticos provinciales, comienzan a tener color y calor.
2022, a pesar de no ser un año electoral, es bisagra en lo político porque será en este tiempo en el cuál las diferentes expresiones políticas que actúan en la provincia, deberán reacomodar espacios y aglutinar «soldados» para la gran batalla que se librará en 2023 donde habrá que elegir, desde presidente y vice de la Nación, pasando por senadores y diputados nacionales, gobernador y vice, intendentes, legisladores provinciales y municipales, con el plus, que ahora los concejales se elegirán por cuatro años, cumpliendo así con lo que fija la nueva Constitución salteña.
De allí que es lógico deducir que en cada tienda política, se deberán empezar a acomodar las cosas, puertas adentro, para de allí visualizar el «campo de batalla» que se irá conformando para entonces ver de qué manera será posible llegar mejor preparados para esa contienda que tendrá todos los condimentos de una gran lucha, que servirá para definir el tiempo político por venir en toda la geografía nacional.
Luego de la última elección en la provincia, ha quedado claro que el gobernador, Gustavo Sáenz conserva el liderazgo territorial, por lo que todo indica que irá por un nuevo mandato que, de acuerdo a lo que indican algunas mediciones que por ahora son de lectura privada, lo ganaría sin trabas habida cuenta de la orfandad de figuras de peso que, al menos hasta ahora, hay en la vereda de enfrente y que pudieran disputarle y virlarle un segundo período de gobierno.
Liderazgo claro
La llegada de Sáenz al poder, licuó las aspiraciones de una oposición que de a poco se fue extinguiendo y despejándole el camino para que alcanzara el status que ahora ostenta y que es el de ser el jefe político salteño.
Si bien es cierto desde Juntos por el Cambio algunos de sus dirigentes niegan esta realidad, lo cierto es que los nombres que ahora ocupan bancas legislativas, tanto nacionales como provinciales en representación de esa fuerza, no muestran que cuentan con el apoyo político necesario como para tener aspiraciones reales de disputarle el despacho más importante del Centro Cívico Grand Bourg a Sáenz el año venidero.
Sin hacerlo público, alguna de las figuras de este toldo político comentan en voz baja que les costará trabajo encontrar a alguien (sea hombre o mujer) con cierta oportunidad de pelearle la conducción política de la provincia.
«Tenemos dirigentes importantes, pero por ahora no alcanza», le dijo a este Portal uno de ellos, que a la vez reconoció que una dificultad importante a la que deberán enfrentarse a la hora de elegir su «lider y conductor» pasará por ver lo que «diga Buenos Aires», en clara alusión a que la dirigencia «cambietista» salteña, como la de otras provincias, quedará entrampada en la feroz interna que ya se puede ver están librando los principales referentes nacionales, tal es el caso de Horacio Rodríguez Larreta con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, en el PRO, y Alfredo Cornejo y Gerardo Morales en la UCR.
«Esta situación que reconozco es ajena a los intereses de los salteños, será la que termine complicando el panorama local nuestro porque favorecerá notablemente a Gustavo (Sáenz)», amplió el dirigente en el comentario que le hiciera días atrás a este Portal político.
Este, es un dato de la realidad. Las apetencias de quienes conducen el tinglado nacional opositor al gobierno nacional, se van a meter irremediablemente en las provincias y terminará atomizando lo que, se supone, debe integrarse como una sola alternativa electoral.
Cerrar la tranquera
Más allá de ello, también hay un hecho que no es menor y que debe ser considerado en el análisis político provincial.
Varios, por no decir muchos dirigentes que hasta hace poco militaban en propuestas opositoras a Sáenz, ahora lo hacen con fuerza bajo la sombrilla «gustavista» con la esperanza que el calor del poder no los deje a la intemperie.
Para ver que esto es así, no hay más mirar donde estaban algunos antes de las elecciones pasadas y adónde están ahora.
Intendentes y legisladores que se rasgaban las vestiduras diciendo lo negativo que sería para los salteños si Sáenz accedía al gobierno, hoy son «planta permanente» de cuanto acto concurre el Gobernador y terminan con las manos rojas de tanto aplaudirlo.
«Tendremos que cerrar la tranquera para evitar que el aluvión zoológico que ahora busca como sea estar cerca de Gustavo (Sáenz), no nos termine tirando a nosotros por las ventanas», expresó un dirigente que acompaña al Gobernador desde la primera hora, para referirse a la «pechadera» de ex opositores que ahora «dan la vida» por Sáenz.
Kirchnerismo salteño
En el Frente de Todos, la cosa no es demasiado diferente.
El Partido de la Victoria, la nave insignia del kirchnerismo salteño, fue abandonada a su suerte por sus oficiales y hoy navega sin rumbo a la espera que alguien se apiade de ella y la conduza a algún puerto seguro, aunque más no sea para no hundirse en mar abierto.
Dentro de ese frente, solamente algunos dirigentes, la mayoría de ellos peronistas históricos que por estas horas luchan por recuperar su partido y para ello exigen la renovación de la Carta Orgánica, y los de «Igualar», el joven partido K en Salta, son los que bregan por armar un paredón opositor a Sáenz. El resto, no da muchas señales de vida.
Lo que viene
Con este panorama político, el Gobernador va a encarar este nuevo año, cómo sostienen sus principales ministros y funcionarios, dedicado por sobre todo a la gestión, pero también confiesan que no descuidarán ni por un momento la política.
Con la expectativa de saber si finalmente se avanzará en el armado de un frente político provincial similar al neuquino en el corto plazo, el oficialismo salteño, tranquilo por estas horas, espera que 2022 avance y les muestre el camino al que deberán enfrentarse puertas adentro y afuera de la provincia.
«Por ahora estamos sin novedad en el frente, pero esperemos. Sabemos que en política la calma nunca dura para siempre», terminó diciendo el dirigente oficialista que dejó su reflexión con el Portal, antes del cierre de este despacho.
