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El grito jujeño que llegó al corazón del Senado Nacional – Por: Daniel Salmoral

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Durante la semana que termina, la sociedad de San Salvador de Jujuy le dijo a los argentinos que otra vez, tal como lo hicieron sus antepasados cuando llevaron adelante el heroico «Éxodo Jujeño», están dispuestos a todo para seguir viviendo en libertad, en democracia, sin violencia y por sobre todo en una República.

Con la consigna «Jujuy no se toca», familias enteras llenaron las calles del macrocentro de la vecina ciudad, y gritaron que rechazan, categóricamente, cualquier posibilidad de que el Poder Judicial Provincial sea intervenido.

Sin dejar espacio para diferencias partidarias, la mayoría de los jujeños entendieron que al igual que aquellos que prefirieron perderlo todo con tal que ejército realista encontrara tierra arrasada en tiempos de la guerra independentista, ahora hace falta volver a mostrar coraje y enfrentar a quienes, esta vez desde el Senado Nacional, pretenden, este miércoles, aprobar la intervención federal al Poder Judicial jujeño.

Guillermo Snopek, senador nacional por el kirchnerismo y también cuñado del gobernador radical, Gerardo Morales, fue el que tuvo la «feliz» idea de presentar un proyecto para que la Cámara Alta lleve adelante la intervención a la Justicia de su provincia, con el sólo propósito de liberar a la condenada por diversos delitos que van desde el robo de dineros públicos y múltiples hechos de violencia, a la ahora victimizada jefa de la «Tupac Amaru», Milagro Sala.

La orden para que todos los presos K dejen sus prisiones de manera inmediata, no la dio otra que la multi procesada, porque la justicia la considera responsable de diversos delitos, entre ellos la de ser la jefa de una organización delictiva, Cristina Fernández de Kirchner.

La ahora vicepresidente de la Nación, apuró estos trámites en su propio beneficio.

La señora Fernández, ya se ha anoticiado que quienes fueron sus principales funcionarios y están presos como Sala, Luis D’ Elia o Amado Boudou, por nombrar sólo a algunos, cargan con mucha bronca porque ya hace tres meses que Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada, con todo lo que eso implica y ellos siguen tras las rejas, con todo lo que eso implica.

Salteños K que mantienen comunicación con algunos de los presidiarios inquietos, comentaron en mesa de café política, que todos están más que molestos y ya enviaron mensajes a donde corresponde.

«Los changos, pero sobre todo Milagro (Sala) están recalientes. Hace rato que están ‘sopres’ y nunca abrieron la boca. Se la vienen bancando como duques pero todo tiene un límite. Ya van a hacer tres meses que Alberto y Cristina (Fernández) recuperaron el poder pero ellos siguen en cana. Se dan cuenta que la única que mejoró su situación judicial fue Cristina, pero para ellos no hubo ningún alivio. Saben mejor que nadie que si ellos ‘cantan’ y la ensucian a la jefa, sus causas dan un giro total por eso han hecho conocer que ya están hartos y exigieron que el Presidente haga lo que tenga que hacer y termine con estas boludeces. No están apretando a nadie, menos a la Jefa, pero ya dijeron basta y tienen razón. La justicia macrista les ofreció de todo para que embarren a Cristina, a Máximo y a Florencia, pero todos se mantuvieron en silencio. Esa lealtad vale mucho y se tiene que pagar», sintetizó el comentarista.

Queda claro, aunque lo haya dicho con otras palabras, que el mensaje enviado fue contundente: O nos sacan de la cárcel o comenzamos a hablar.

Ante esta posibilidad, la orden bajó implacable: que salgan todos, como sea, o se viene un tremendo quilombo.

Por eso, paralelo al proyecto del senador Snopek, que aseguran en el propio Senado lo presentó siguiendo órdenes puntuales, otros reconocidos de la causa K salieron por otros frentes a pedir la libertad de los presos K.

El  «revolucionario» de los set televisivos y más cómico que nunca, Dady Brieva, fue el más exagerado cuando dijo sobre la presa jujeña: “Que no se llegue a morir en la cárcel porque va a haber quilombo”.

Otros, en distintos escenarios, pidieron lo mismo: libertad para todos y todas. a cómo de lugar.

Morales, el gobernador de Jujuy quien participó junto a su esposa y el pueblo de la gran marcha en contra de la posible intervención, afirmó ante los medios de comunicación de Capital Federal: “No voy a indultar a Milagro Sala; antes, que me peguen un tiro en la cabeza”. Y luego, ya en la marcha en las calles de su provincia, sostuvo: “La causa que nos convoca es defender y cuidar a Jujuy. “Nadie en la Argentina sabe lo que nos costó recuperar la paz y terminar con la violencia y la corrupción. Por eso, no bajen los brazos”, y agregó: «una intervención externa no tendrá ningún otro resultado más que volver a la violencia y al pasado”.

Luego, le mandó un mensaje directo al presidente Alberto Fernández y además a Cristina Kirchner: «Acá no hay presos políticos, acá hay delincuentes«, y concluyó de manera tajante diciendo: «No lo veo metido en el fango; lo veo con la cabeza puesta en solucionar los problemas del país. El nunca me ha planteado ningún cuestión indebida. Estaría bueno que los propios lo dejen de joder un poco al Presidente”.

La larga lista de acusados, procesados, con prisiones preventivas o condenados por hechos ilícitos durante las gestiones de Cristina Fernández, están todos expectantes sobre lo que decidan los senadores con la intervención al Poder Judicial de Jujuy.

Saben que si eso pasa, no sólo Milagro Sala sino también ellos estarán más cerca de dejar las jaulas.

La República, tantas veces violada en estos años del poder K, nuevamente está en riesgo.

El miércoles que viene, si se concreta la intervención, la impunidad habrá ganado.

Una vez más, como casi siempre ocurre en este país, los delincuentes se habrán salido con la suya y la mayoría de los argentinos honestos que la pelean diariamente y como pueden para no desaparecer, habrán sido nuevamente burlados, y tratados, simplemente, como boludos.