DANIEL SALMORAL.- Aquella expresión simple pero contundente que dejó para los tiempos, Albert Camus, quizás sea la síntesis de lo que debería ser nuestra labor: «El periodista debe ser abogado del hombre común y fiscal del poder» .
En esas palabras, está condensado el ideal de la tarea periodística que, a la vez, debería ser el objetivo a alcanzar por quienes desarrollamos esta profesión.
Siempre, a través de los tiempos, cumplir con lo que decía Camus ha sido un enorme desafío porque a lo largo de la historia, el periodismo ha debido luchar contra los autoritarios de turno que, la más de las veces, han buscado disciplinar y controlar a los hombres y mujeres que han intentado desarrollar su misión con idoneidad y dignidad.
El sueño de los intolerantes y autoritarios, ha sido y es controlar y dominar a la prensa.
Los ejemplos son muchos, por eso la lucha contra esas formas sigue acompañando a diario la vida del periodista.
«Informar, opinar y formar», afirman que debe ser la premisa principal del periodista y aunque suene sencillo hacerla, siempre ha sido compleja y de riesgo.
Para el periodismo de opinión, por ejemplo, lidiar con el poder ha sido y sigue siendo moneda corriente.
Más allá de las identidades políticas de los gobiernos, el autoritarismo muchas veces aflora y se instala con fuerza buscando limitar o direccionar la tarea intelectual de quienes lo practican.
La vuelta a los espacios públicos de personajes nefastos, volvió a poner en alerta la labor del periodismo independiente en la República.
Figuras oscuras, alejadas de cualquier concepto democrático y republicano como los que rodean a Cristina Kirchner, han vuelto a los escenarios a proponer limitaciones a la libertad de prensa y a los/as periodistas.
«Hay que hacer una Conadep para periodistas», se escuchó decir a algunos.
«Hay que impedir de una vez por todas que sigan hablando y escribiendo», han dicho otras.
La locura autoritaria se manifiesta así, de manera explicita.
Desde siempre, los viejos maestros del periodismo salteño repetían en las hoy desaparecidas redacciones de los semanarios: «Si los que gobiernan no te han puteado hoy por algo que escribiste o dijiste, quiere decir que no estás haciendo bien tu laburo».
Allí, también está reflejado un concepto contundente de la labor periodística: Todos los días se debe incomodar al poder.
En estos días de COVID-19, cuarentena y dengue, y viendo que estas plagas van a profundizar aún más la miseria y la injusticia para algunos, mientras que a otros les facilitará las posibilidades de robar dineros públicos a través de gastos sin control amparados en la pandemia, la labor del periodismo será clave para echar luz sobre estos intentos.
«El periodista sin el apoyo de los ciudadanos queda desnudo e indefenso, por eso, y más allá de las maniobras para silenciar su voz o romper su pluma, sentirse acompañado y cuidado resulta no sólo necesario sino imprescindible», solía repetir otro ya ido escriba salteño.
Periodista. Hermosa y maravillosa profesión.
Luego de 34 años de ejercerla, no queda más que decir gracias a mis Maestros y a quienes todos los días me acompañan y sostienen para que siga intentando hacerla, a la manera que decía Camus, es decir, abogando por el hombre común y fiscalizando al poder.
Fuente: danielsalmoral.com.ar
