Ni Amalia “Yuyito” González logra calmar la ira presidencial. Javier Milei está enojado por fracasos políticos creados por sus propios errores y busca responsabilizar a otros por ello. El riesgo de caer en una crisis institucional de imprevisibles consecuencias para los argentinos.
DANIEL SALMORAL.- Comienza una semana difícil para el gobierno de Javier Milei.
Luego de las resonantes derrotas en el Congreso, la gestión libertaria deberá encontrar los caminos para recuperarse rápidamente y dejar atrás el mal trago que debió beber dos veces en menos de una semana: el rechazo a la asignación de fondos millonarios para que Santiago Caputo los maneje a su total discreción en la nueva SIDE y la recomposición y nueva fórmula jubilatoria que la oposición en su conjunto aprobara en el Senado con un resultado catastrófico para el oficialismo 61 a 8 lo que representa más de una mayoría agravada o dos tercios, lo que haría inútil la amenaza de veto que ya ensayó Milei apenas conoció las noticias que le llegaron desde el recinto legislativo senatorial.
Aparte de eso, en su propio patio interno, deberá ordenar la tropa y pedirle a su hermana Karina y a su asesor estrella que bajen temblores y al menos traten de disimular en público sus diferencias que cada día son más notables a los ojos de todos.
Paralelo a eso, tendrá además que “ubicar en la palmera” a sus propios legisladores quienes cada vez con más frecuencia, asumen posturas de “libres pensadores” y exhiben diferencias importantes ante posiciones políticas definidas por él de manera clara, tal el caso del senador formoseño Francisco Paoltroni ante la postulación de Ariel Lijo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y también los escándalos en su bloque de diputados entre quienes fueron al penal de Ezeiza a reivindicar genocidas y los que critican tamaña afrenta democrática.
En esta cuestión la cosa se comienza a complicar más de lo esperado porque se conocieron los chats que cruzaron el grupo de legisladores que ya no quedan dudas, están trabajando para lograr la salida de la cárcel de quienes violaron derechos humanos entre los que se menciona a dos salteños: Carlos Zapata y María Emilia Orozco que negaron estar en este tema pero que ahora queda en evidencia son entusiastas participantes.
Otros problemas
Pero lo más jodido Milei lo tendrá afuera de su propio territorio.
Allí tendrá que decidir qué hace con la relación de ida y vuelta que mantiene con Mauricio Macri y su partido PRO luego de la postura que el ex presidente mostró cuando sus legisladores rechazaron en Diputados la asignación de fondos reservados para inteligencia, y en senadores el apoyo a la nueva fórmula jubilatoria y a la mínima recomposición salarial.
Lo mismo deberá hacer con la vicepresidenta Victoria Villarruel de quien cada día se muestra más alejado por decisión propia y también por “consejos” en ese sentido que le acerca la Secretaria General de la Presidencia, quien sueña con tenerla muy lejos tanto en lo personal como en la gestión de gobierno.
Este tema es sin dudas el más complicado porque Villarruel tiene la misma legitimación en votos que el Presidente y encabeza otro poder del Estado, pero sobre todo porque la titular del Senado ya fijó su propia agenda de trabajo con la idea de ganar terreno no solo puertas adentro del espacio libertario sino en todo el escenario político nacional.
“Javier (Milei) paisajea por el mundo, en cambio Vicky (Villarruel) recorre y se contacta con la gente del interior profundo y comenzó a tejer alianzas con dirigentes locales que, llegado el caso, las usará cuando avance en la construcción de su propio partido político que ya está en marcha”, señalan desde los pasillos del Senado Nacional.
Insulto a periodistas
Por estas horas, es evidente que el Presidente quedó muy golpeado después de sus resonantes derrotas en campos legislativos, decidió cargar con munición gruesa contra el periodismo, igual que en su momento lo hiciera el kirchnerismo, a quienes descalificó de la peor manera llamándolos “ensobrados”, «esbirros manipuladores”, “pauteros” y “cómplices de violentos”, a través de un largo escrito al que tituló “Periodistas en llamas” en el que asegura que perdieron la posibilidad de “mentir, calumniar, injuriar, difamar y extorsionar”, y seguidamente nombra a algunos conocidos que desarrollan sus tareas en diversos medios capitalinos, llegando a calificar de “garcas hijos de puta” a Carlos Pagni y Marcelo Longobardi.
Este ataque de furia, otro más de los muchos que protagonizó desde que llegó al gobierno, no hace más que ratificar que de democrático tiene poco este personaje que está donde está por el hartazgo social en dirigentes y partidos políticos tradicionales y no por mérito propio.
Sus descalificaciones hacia todos aquellos que no son obsecuentes y serviles con sus dichos y hechos, lo muestran como un personaje frágil que en cualquier momento, si no consigue lo que quiere, dará un portazo y dejará a propios y ajenos “colgados de la brocha” como dice muchas veces la calle.
Otra vez la “avenida del medio”
Fuera del tinglado liberal, el peronismo no kirchnerista está trabajando contra reloj para salir del lugar en el que lo dejó la gestión de Alberto y Cristina y el triunfo de Milei, por eso el cordobés Juan Schiaretti está llamando a relanzar su idea de “la gran avenida del medio”, que años atrás intentara, sin éxito, instalar en el país junto a Sergio Massa; Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey.
Ahora, fortalecido por el golpe que le dio el “Caso Alberto y Fabiola” no solo al ex presidente sino también al cristinismo aunque la ex vice presidenta busque desesperadamente despegarse del caso, la vieja idea vuelve a cobrar fuerza, por eso el ex mandatario mediterráneo está convocando a todos los peronistas que en estos largos años mantuvieron distancia pública con todo lo que fue el kirchnerismo, convencido que ahora es el momento para recrear una alternativa política “racional” alejada de “Cristina, Mauricio y ahora Javier”, dicen los que ya están trabajando activamente para darle volumen político a la nueva propuesta que espera ver la luz en los meses que vienen, antes de fines de 2024.
Epílogo
A todo esto, la gente de a pie sigue aguantando estoicamente la situación económica que según las últimas mediciones de consultoras nacionales e internacionales, sigue empujando hacia abajo a buena parte de la otrora orgullosa clase media nacional que fuera la envidia de países latinoamericanos y europeos también.
Milei volvió a calificar a los legisladores como “degenerados fiscales” y estos le contestaron que él es un “degenerado social”, lo que preanuncia que si no se bajan las tensiones y los ataques verbales, la cosa puede pasar a un territorio muy peligroso desde lo institucional, porque se corre el riesgo que aparezcan los violentos de siempre, que tratarán de embarrar aún más la cancha generando situaciones todavía más complejas de las que ya tenemos en la actualidad.
Para que eso no ocurra, será necesario que todos, pero sobre todo el propio Presidente, tome mucho té de tilo para bajar sus niveles de nerviosismo y agresividad que no le sirven a él y menos todavía a una sociedad harta de personalismos que nunca ayudaron para hacer la vida de todos un poquito mejor cada día.
