Inicio Editorial En arenas movedizas… – Por: Daniel Salmoral

En arenas movedizas… – Por: Daniel Salmoral

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DANIEL SALMORAL.- Aconsejan los baqueanos, que si se tiene la mala suerte de caer en arenas movedizas, lo que hay que hacer es quedarse quieto. No hacer ningún movimiento y esperar que alguien venga a rescatarlo porque mientras más se mueva, más rápido se hundirá.

Ese consejo campero es el que debería aplicar el gobierno y las huestes kirchneristas mirando a la elección del 14 de noviembre, porque según revelan todas las encuestas hasta aquí conocidas, cuando faltan tres semanas para que la ciudadanía concurra a las urnas, y a pesar del intenso accionar que ha puesto en práctica para revertir el apabullante resultado de las PASO, lo único que está consiguiendo es irse al fondo.

Las mediciones realizadas por consultoras de diverso origen, inclusive las que desde hace años miden para el mundo K, indican que, con porcentajes mayores o menores, el gobierno de los Fernández perdería de manera inobjetable la elección definitiva de renovación legislativa, con todo lo que ello implica para el futuro de la gestión y del quehacer del espacio K que desde que nació, siempre se movió al amparo del poder.

Todo lo que llevaron adelante, el «operativo platita»; el reparto de bicicletas y electrodomésticos a mansalva; el aumento de los montos de subsidios y planes sociales, más el ataque sistemático a la oposición, periodistas y medios de comunicación que cuestionan, por ejemplo, el avance obsceno que la vicepresidenta viene desplegando en este ultimo mes sobre los jueces que tienen causas en su contra en avanzado estado para que las cierren o dicten sobreseimiento, se ve, por lo que revelan las mediciones, que no está sirviendo, por eso volverían a perder a mediados del mes que viene.

Esta realidad que cada día resulta más difícil negar por el oficialismo, es la que en la intimidad los desvela porque no son pocos los que opinan que el 14 de noviembre a la noche, comenzaría, como en la caída de Berlín, el fin del kirchnerismo.

Si los datos revelados hasta aquí por las consultoras resultan ciertos, en la elección de autoridades de ambas cámaras legislativas del Congreso, el oficialismo perdería en una la presidencia (diputados) y en la otra la mayoría (senadores) algo que ni Alberto Fernández, Sergio Massa y menos Cristina Fernández imaginaron aún en sus peores pesadillas.

Pero no es solo eso. También con ello, y eso es lo que atormenta a la vice presidenta, desde Comodoro Py se avanzaría en las causas que tienen como imputada a su hija Florencia, la única del clan que carece de fueros, por lo que si se aceleran, podría más temprano que tarde terminar con un dictado de prisión preventiva y así ir a parar son sus huesos a un calabozo.

«Todos saben que el talón de Aquiles de Cristina es su hija Florencia, por eso lo único que en verdad le aflige es que pudiera terminar siendo el pato de la boda de todas las fechorías que ella y Máximo hicieron en estos años», dice un dirigente K salteño que se ufana de merodear, de vez en cuando, por la intimidad de la familia Kirchner.

A esta realidad preocupante para la vice, contribuyó y mucho los errores de una gestión que no ha dado «pie con bola» y que día a día, con sus actos fallidos, aleja más y más la posibilidad de un triunfo electoral.

Alberto Fernández, el presidente de juguete a quien la viuda de Néstor Kirchner se encargó de hacer desaparecer del escenario político, limitándolo a realizar paseos en sulky en perdidos pueblos del interior profundo de la provincia de Buenos Aires, no ha dejado de «meter la pata» irritando sobre manera a la jefa política del espacio que ya no encuentra epítetos para descalificarlo, al igual que su hijo Máximo, quien le echa la culpa por hacer desparecer su sueño de reinar una vez que su madre decida partir al retiro.

«En verdad es Máximo quien está recaliente con Alberto a quien no deja de putear cada vez con menos disimulo», dicen cerca de la Casa Rosada y el Instituto Patria.

Los sueños monárquicos del jefe de La Cámpora, están, según los datos de las encuestas, cada vez más lejanos y eso provoca sus continuos cuestionamientos a la gestión que a pesar de haberse «renovado» en algunos ministerios y secretarías, no ha logrado enderezar el rumbo de una nave con destino de Titanic.

Según algunos dirigentes K, la última carta que jugaría el kirchnerismo, no sería en ámbitos de la política sino de la justicia, por eso cifran sus esperanzas en el llamado a prestar declaración que un juez de su riñonada le ha cursado al ex presidente Mauricio Macri por la investigación de tareas de espionaje que se habría realizado sobre familiares de las víctimas del submarino ARA San Juan.

Las expectativas, dicen, estarían puestas en que el magistrado le dicte prisión preventiva y Macri salga de Tribunales, esposado, rumbo al presidio.

Creen que esa foto le quitaría votos a Juntos por el Cambio y les sumaría al Frente de Todos, aunque lo más probable es que sea un boomerang que se les vuelva en contra y termine por convencer a los indecisos de terminar con estas actitudes vengativas que algunos fanáticos K siempre quisieron poner en práctica.

50% de pobreza y 14% de indigencia. Marchas multitudinarias de menesterosos que llenan las calles reclamando comida y más subsidios. Empresas ahogadas por las cargas impositivas. Pibes muriendo en las calles asesinados para robarles un celular o un  par de zapatillas. Bandas narcos adueñándose de barrios y ciudades. Negociación atorada ante el FMI y con una lucha feroz en el intestino de la coalición gobernante, muestran un combo perfecto para el desastre.

Hombres y mujeres con años en las retinas y el alma, observan absortos la danza macabra que baila un gobierno sin rumbo que, como un boxeador que recibió un golpe de nock out, deambula por el ring sin saber siquiera adonde queda su rincón.

Terrible.

Pero quizás todavía falte para llegar al fondo.

A este gobierno y sus desvaríos, aunque usted lo haya olvidado, todavía le quedan por delante dos años de gestión.

Recuerde que, como siempre se dijo, siempre se puede estar peor…