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Milei y el discurso de siempre: «no hay plata», aunque para algunos si… – Por: Daniel Salmoral

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El Presidente sigue negando fondos a todos pero fue muy generoso con Santiago Caputo a quien le amplió en $25 mil millones el presupuesto de la SIDE para que espíe a periodistas y ciudadanos. El cansancio social comienza a ganar la calle.

DANIEL SALMORAL.- Han pasado 17 meses de gestión libertaria y el casete de Javier Milei sigue siendo el mismo: «no hay plata» y «el culpable es la casta».

Hasta hace algunos meses decir esto le servía, pero poco a poco ante la gente de carne y hueso, sobre todo del interior profundo, su discurso le comienza a sonar como un justificativo vacío ante su incapacidad para resolver los problemas a los que se enfrentan a diario, importantes realidades de pobreza que su círculo íntimo evita mostrarle.

El descontento social que tampoco reflejan las encuestas a las que accede el Presidente, está llevando a que su gestión comience a sufrir rechazos que en la última semana de mayo se intensificaron, y se hicieron visible en las calles de las principales ciudades del país.

Sus anuncios de que vetará cualquier intento de recomponer jubilaciones y presupuestos de universidades públicas que lleve adelante el Congreso, además de negar recursos para atender discapacidad y menos aún las mejoras en salarios para médicos residentes del Hospital Garrahan, indican que tal como lo anticipábamos desde estas columnas está dispuesto a «ir por todo» hasta tener la suma del poder público, para así hacer lo que quiera en los años de gobierno que le quedan.

Con el argumento que no continuará por el camino del «manchancho de guita» que hicieron las gestiones kirchneristas, se aferra al superávit fiscal y cierra el grifo a la cuestión social, pero se muestra generoso con otras áreas como la que maneja sin control alguno su asesor, Santiago Caputo en la SIDE, a la que acaba de ampliarle su presupuesto en $25 mil millones más, para que ahora haga espionaje interno y controle lo que dicen todos los argentinos, los periodistas principalmente, intentando que así no haya voces críticas hacia su gobierno y solo se escuche el discurso oficial

Su prédica y la de sus funcionarios, legisladores y militantes sobre «que hay que odiar más a los periodistas», intenta ganar espacio en todo el país, para eso la horda de lumpenes encabezados por un personaje siniestro llamado «Gordo Dan», que intentará conformar el brazo armado de La Libertad Avanza como ya los anunció, recorre el interior y gana apoyo de dirigentes provinciales tal como ocurrió cuando estuvo en Salta, donde fue ovacionado por libertarios locales como los diputados nacionales Carlos Zapata y Emilia Orozco.

Lo que viene

Cuando faltan cinco meses para las elecciones legislativas nacionales, Milei y su gente están seguros que arrasarán en los comicios, por eso ignoran completamente todas las muestras de descontento que se comenzaron a hacer ver desde distintos ámbitos.

«La gente está con nosotros. Nos lo han demostrado en la elección provincial de Capital hace semanas atrás», dice un libertario salteño que se entusiasma pensando que en Octubre será toda la provincia no solamente el departamento capitalino quien vote a los «legítimos» candidatos de Milei, para eso ratifican que no aceptarán en sus listas de senadores y diputados nacionales a ninguno/a que no sea un «mileísta de paladar negro», haciendo especial referencia a las versiones que dicen que Juan Carlos Romero, por decisión del propio Presidente, sería quien encabece su lista de senadores.

Ese tema, aunque lo minimicen, es lo que preocupa y ocupa las horas de charlas en la sede de calle Zuviría al 400 de los seguidores presidenciales que allí se reúnen a diario.

Por encima de lo que se diga por estas horas, lo cierto es que habrá que esperar un tiempo todavía para tener certezas sobre quienes finalmente integrarán las boletas de voto papel que es con el que se elegirá en esta elección nacional, aunque haya quienes digan saber lo que da vueltas por la cabeza de los Milei en esa cuestión.

Los otros tinglados

Afuera del oficialismo nacional, sigue en Salta la idea de armar un frente amplio provincial para enfrentar a los libertarios pero de acuerdo a lo que se ha escuchado hasta ahora, no es tarea sencilla porque todavía no definen quienes deberían estar adentro de ese armado.

Por un lado, dicen que deben estar todos los que integran el «campo nacional y popular» y allí incluyen a los radicales, y están otros que dicen que lo primero que se debería saber es adónde se ubicará Gustavo Sáenz con respecto al gobierno nacional, para entonces pensar en un armado electoral que tenga como premisa principal defender los intereses de la provincia y los salteños.

«Esperemos eso, pero tengamos en cuenta que muchos estamos dispuestos a acompañar a Gustavo (Sáenz) en lo que ha venido haciendo estos años en defensa de Salta y la gente. Ahora más que nunca necesita mostrar a este gobierno nacional que en lo único que piensa es en quitar calidad de vida a la gente, que los salteños estamos encolumnados junto a él para defender lo que nos corresponde tener por derecho histórico», dijo una dirigente con pasado peronista y de larga trayectoria en la provincia.

Epílogo

Lo que queda claro más allá de estas apreciaciones, es que los partidos políticos deberán hacer una profunda lectura de sus realidades políticas para recién empezar a definir su estrategia electoral nacional, de lo contrario será difícil saber con qué caudal electoral podrían llegar a contar cada uno a la hora de bosquejar un frente electoral amplio como aspiran.

Los resultados provinciales están indicando de manera clara que la estrategia electoral y los candidatos propuestos no fueron los adecuados, de allí el resultado conseguido por los oficialismos provincial y municipal.

El debate que se deberá hacer tendría que ser amplio y no agotarse en echar culpas, sino en encontrar la mejor manera de comunicar lo que se quiere defender ante Nación y lo que se debe hacer para lograrlo.

Lo primero, será trabajar para revertir el escepticismo ciudadano que se manifestó en la ausencia a las urnas, que es una característica nacional que muestra el descreimiento y hartazgo que la ciudadanía de a pie tiene por la dirigencia política, más allá de las diferencias partidarias.

La «real realidad» muestra que hay mucha gente que si bien valora acciones del gobierno como la baja de la inflación, se da cuenta que ha sido por el esfuerzo de los de siempre mientras la «casta» conserva privilegios a pesar de los discursos libertarios en su contra.

Ahora, se inicia un nuevo mes cargado de angustia para los más castigados por este modelo, sobre todo los del interior profundo.

Por eso, será necesario que la dirigencia política afuera del tinglado liberal, deje de lado egos y mezquindades personales y trabaje para devolver credibilidad en sus propuestas, a quienes vienen sufriendo desde hace ya demasiado tiempo y no creen ya en el sistema democrático.