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Javi Milei, de Hollywood a estadista global – Por: Carlos M. Reymundo Roberts

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En realidad, blanquearon una ruptura que venía ya desde antes de asumir, cuando el Pelu, después de melonearla con altas responsabilidades, la tiró en un desván. Vicky, buena comedora de pochoclo, nunca lo perdonó.

DANIEL SALMORAL.- Javi es nuestro Javi. Aterriza en Mar-a-Lago para bendecir a Donald y ganarse el título que envidian en todo el planeta: “Milei, el único presidente recibido por Trump después de su triunfo electoral”. Intercambia abrazos y gasta bromas con Elon Musk; Melania lo encuentra en un pasillo y le pide que le hable de Colapinto, y en la fiesta de gala, desfile de celebrities, se hizo la foto con su puño en la cara de Sylvester Stallone. Enternecedora, the sister, Karinita, reclamó ser presentada, y como ni Syl ni Javi le hacían lugar se metió de costado, empujando con el hombro izquierdo. Deliciosas imágenes de la mayor alfombra roja que haya pisado nunca un mandatario argentino, no como relleno: junto con Trump, era la gran atracción de la noche. Firmó autógrafos, ofreció selfies, predicó, fue un rato al baño a despeinarse. Me dicen que cuando le preguntaban por Yuyito, respondía: “Cortando malezas, me imagino”. Trump, que detesta compartir marquesina, lo despidió con afecto: “Andate, tendrás mucho trabajo. Y yo también”.

Pero para Javi eso apenas era el comienzo de una semana de gloria. Volvió a Baires porque estaba llegando de visita Mbappé Macron, un pibe que fuma abajo del agua. Mediante el uso desmedido de la fuerza le arrancó la firma del documento execrable que presentaría el G-20 en Río al día siguiente. Execrable: la agenda woke a full, progresismo berreta, objetivos a los que de ninguna forma el país adhiere. Tipo: la agenda contra el hambre, impuesto a los superricos, combatir las informaciones falsas en las redes, institucionalizar la palabra “género”… Los contrarrestó uno por uno: sostuvo que el hambre es una opción de mercado, el impuesto a las grandes fortunas lo parió Lula y antes Massita, las redes sociales son libertad de expresión, y “los que hablan de género son unos degenerados”. Al plantear de viva voz sus diferencias fue saludado con una ovación; aplaudió toda la delegación argentina.

Igual, firmó, y ahí lo volvieron a aclamar. Mbappé salió del salón: estaba tentado.

Todo el mundo sabe o sospecha que esos manifiestos no le interesan a nadie. Lula presentó la idea del impuestazo como astuta operación de marketing. Les metés la mano en los bolsillos a esos sátrapas de todas las latitudes y seis meses después desaparecieron los pobres. Incluida Cristina. ¡Proscripción!

Como en Mar-a-Lago, Javi la dibujó. Primer gesto, de extraordinario relieve diplomático: si en Palm Beach había optado por la democracia capilar, para acentuar el rol de anarcolibertario en la fiesta hollywoodiana, en Río lució una cabeza ordenada, con cada pelo puesto al servicio del perfil de estadista global. Una cosa es el carnaval trumpista, y otra, el G-20. Bien por Javi, alineando la estética con los intereses superiores de la república. Se reunió con Xi Jinping, que, en la consideración del Presi, pasó de comunista abominable a comunista “con el que se puede hablar muy bien”; qué bueno dejar de lado los prejuicios, por otra parte infundados: Xi Jinping es un osito de peluche.

Se vio también con Kristalina Georgieva, la jefa del Fondo. Kristalina todavía tiene frescas sus conversaciones con el Beto Fernández, así que Milei le parece Disney. “Fernández –suele reírse– no me entendía y yo no lo entendía a él. En cambio, Milei me da lecciones de economía austríaca”. La gran dama elogió después, en un comunicado, los “impresionantes avances” logrados por la economía argentina. Y ella no sabe lo impresionados que estamos nosotros: cae la inflación, cae el riesgo país, cae el dólar frente al peso, moneda machaza y de moda. ¿Las fotos que más garpaban en Mar-a-Lago y en Río? Al lado de Milei y del billete nuevo de 20.000 pesos. Apenas un escaloncito más abajo, con Karina.

Javi volvió de Río al toque porque se había citado acá con Giorgia Meloni, la premier italiana. Odio descender a este plano, pero veo mucha onda ahí, mucho abrazo y complicidad. Dicho esto con todo el respeto hacia la señora Yuyo. Giorgia es una linda mujer, conservadora, rebelde, y la corriente de electricidad entre ambos está a la vista. LA NACION tituló: “Plena sintonía”. Como ven, no soy el único que repara en estas cuestiones. Él la sacó al balcón, y ella replicó el saludo del General. Se ha formado una pareja, hablando en términos geoestratégicos. Y se ha roto otra: con Villarruel, corto mano, corto fierro, te vas al infierno de la casta. En realidad, blanquearon una ruptura que venía ya desde antes de asumir, cuando el Pelu, después de melonearla con altas responsabilidades, la tiró en un desván. Vicky, buena comedora de pochoclo, nunca lo perdonó. La caretearon, pero la relación ya estaba nominada. Se me escapa un lagrimón.

Leí las cosas que el Presi dijo sobre los periodistas en dos notas que dio esta semana. Anoté: somos delincuentes, golpeadores, extorsionadores, calumniadores, injuriadores, ensobrados, corruptos, torturadores, violentos… Pobre Javi, lo que debe haber sufrido: años y años instalando su candidatura en sets de televisión.

Que se cuide de Giorgia, que también es periodista.

Fuente: La Nación