Dicen sus cercanos que despejó dudas sobre la marcha de la gestión y el rumbo de su gobierno. Tan confiado afirman que está de eso, que no tuvo problemas en ningunear a su Vice y otra vez insultar opositores. Además se mostró pragmático: apretón de manos con Xi Jinping y firma del documento final del G20 que había cuestionado duramente. También cuentan que fue feliz cenando con Giorgia Meloni.
DANIEL SALMORAL.- Javier Milei dejó en claro que no está dispuesto a esperar.
Con el ninguneo que hizo de Victoria Villarruel, su otrora compañera de fórmula calificándola de «casta» y aclarando que no tiene «injerencia» en su gobierno, demostró que no piensa esperar que las elecciones de renovación legislativa le ratifiquen un apoyo mayoritario en las urnas, como imagina ocurrirá, para entonces profundizar su posición ideológica y la marcha de su gestión.
En estos días, dijo con palabras y gestos a propios y extraños, que en su gobierno será él y su hermana Karina quienes dirijan el país y al que no le guste, sea tropa propia o ajena, tendrá que aguantársela o salir a enfrentarlo corriendo el riesgo, asegura, de sufrir una derrota humillante.
Lejos de buscar consensos, desde los temas más livianos como eliminar los feriados con fines turísticos en 2025 hasta los más complejos como insistir con el pliego del controvertido Ariel Lijo para que llegue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación fueron de los que se ocupó, incluyendo la posibilidad de una negociación espuria con Cristina Kirchner a fin de conseguir los votos para Lijo a cambio de restituirle su jubilación de privilegio, dejó en claro que hará lo que tenga que hacer con cada caso.
Una muestra internacional de ello fueron sus marchas y contramarchas con el documento final de la cumbre del G20 en Brasil, donde luego de repetir hasta el cansancio que no lo firmaría finalmente terminó poniendo su «garabato» en el documento oficial.
Lo mismo hizo con el líder chino Xi Jinping al que había descalificado de la peor manera.
Olvidando rápidamente las barbaridades que le dijo, aprovechó la cumbre brasilera para estrechar su mano y «manguearlo» por las dudas su amigo Donald Trump lo deje «colgado de la brocha» a la hora de arrimarle los «morlacos» que necesita para salir lo antes posible del cepo.
El Presidente esta semana mostró que es un hombre pragmático, que no está atado más que a su cruzada personal de hacer todo para desterrar al «zurdaje parásito» como lo llama, e imponer donde le sea posible su ideario anarco – liberal.
Se ve que es tan firme su decisión en esto, que hasta la propia Amalia «Yuyito» González, deberá someterse al manual de instrucciones que le acercaron y que entre otras cosas le indica no hablar más en su programa de TV mañanero de todos los días, de nada que tenga que ver con el Presidente. «El choluleo se terminó», dicen quienes le alcanzaron el nuevo manual de funciones a la mediática.
Para el grupo de sus seguidores identificados con el Gordo Dan y Agustín Laje, quienes adoctrinan y dirigen la fuerza de choque y «brazo armado del mileísmo», lo que decidió su jefe y gurú «está perfecto», porque creen que si «siguen pelotudeando» en la gestión y no profundizan las medidas ya anunciadas por el Presidente, los «radicales pelucas», más los «zurdos parásitos de La Cámpora» y los peronistas que «se vendieron a Cristina, seguirán ocupando las bancas legislativas solamente para coimear y trabar proyectos que el gobierno liberal y el país necesitan», argumentaron ante este diarioweb, con una soberbia desbordante.
Milei, de acuerdo a lo que comentó el funcionario de un gobierno provincial, no tiene la menor intención de ceder nada en el tema del Presupuesto 2025, por eso ya dio la orden que no se trate en el Congreso porque buscará seguir prorrogando el de 2023, para así manejar a su antojo las partidas sin tener que preguntarle a nadie si puede hacerlo.
«El Javo (como se lo comienza a llamar en su círculo más cercano pero solo por unos cuantos) va por todo en serio. No habrá este año que viene la más mínima posibilidad que se quiebre el equilibrio fiscal porque el déficit cero llegó para quedarse. Eso lo tienen que entender los nuestros y los otros, pero principalmente gobernadores e intendentes más allá del partido político que sean», lanzó a manera de síntesis sobre lo que viene el año que llega en la relación presidente-gobernadores-intendentes, un funcionario económico del gobierno que «turistió» de incógnito unos días en Salta concluyó diciendo que tanto Javier como Karina Milei están seguros que ganarán cómodamente los comicios legislativos del año que viene y se afianzarán para seguir otros cuatro años después de 2027.
«Será la propia gente la que les indique a los que antes eran opositores acérrimos que amenazaban con paralizar el país y generar un caos en todos los ámbitos, que irse a los extremos en las amenazas al gobierno e incluso intentar dar un golpe de estado en algún momento, sufrirán el repudio mayoritario de la gente que sabe que cada vez falta menos para que las cosas mejoren para todos», agregó y terminó diciendo que Milei es un hombre que confía plenamente en sus instintos, y estos le dicen que ya es tiempo de ir por todo.
Seguramente ese tema debe ser asunto de análisis constante en los despachos de poder, porque quien charló con nuestro Portal lo explicaba como si fuera moneda corriente en los análisis diarios de quienes gobiernan.
Así las cosas, desde el oficialismo, la cuestión está en ver qué hará la oposición que por ahora, a un año de la elección nacional, está desperdigada tratando de «hallar su lugar en el mundo» y acomodarse para enfrentar a un personaje que, en verdad, todavía no terminan de descifrar.
Epílogo
Todo este escenario es el que lleva al Presidente a decir lo que dice y hacer lo que hace sin merituar ningún tipo de costo político.
En el gabinete y sus alrededores, todos los funcionarios tratan de pasar desapercibidos y evitar situaciones que provoquen incomodidad o ira en «triangulo de poder» compuesto por los hermanos Milei y Santiago Caputo, que son quienes se muestran absolutamente impermeables ante cualquier crítica a la marcha del gobierno o el armado político de La Libertad Avanza, que ya tiene status de partido nacional.
El resto de la dirigencia política, los más ociosos sobre todo, aún esperan que un golpe de suerte los ayude a recuperar lo perdido a manos de este extraño que jamás vieron venir.
Según las encuestas esa espera será vana, porque los números conocidos muestran un creciente, leve pero creciente, nuevo apoyo a la figura y gestión del presidente liberal.
Esto sin dudas, refuerza su decisión de ir por todo sin temor alguno, confiando plenamente en el apoyo de «las fuerzas del cielo» y ahora su «guardia pretoriana» que, según no pocos, resultan una versión desmejorada de La Cámpora, es decir, un lumpenaje dispuesto a lo que sea con tal de merodear y lucrar aunque sea con las sobras del poder.
Como siempre, allá lejos, la gente real sigue soportando estoicamente la suba en los precios de servicios, alimentos y medicamentos haciendo su vida en verdad muy difícil cada día, alejada totalmente de los sueños monárquicos del ahora morador de Balcarce 50 y la Quinta de Olivos.