Por estas horas, el conteo y reconteo de votos que tendrá en el Senado la Ley Bases les insume todas las horas a operadores políticos libertarios y kirchneristas. Milei quiere ganar pero Cristina también porque si pierde, sabe que su fin político inexorablemente habrá llegado.
DANIEL SALMORAL.- Libertarios más sus aliados, además de kirchneristas y sus socios de siempre, deshojan margaritas y «porotean» una y otra vez los votos con los que esperan contar cuando finalmente se vote la Ley Bases que ahora ya juega en el terreno de la Cámara de Senadores de la Nación.
Serán en total setenta y dos las voluntades que decidan la suerte del proyecto tan preciado por el presidente Javier Milei con el que pretende poner en marcha por medio del «Pacto de Mayo», la «refundación» de la República en un hecho que aspira tenga la misma vivencia para los tiempos que la hecha en el siglo XIX por su líder y conductor Juan Bautista Alberdi, con sus «Bases y puntos de partida para la organización política de la República de Argentina» que quiere concretar en Córdoba el venidero día 25.
En el tratamiento legislativo y su resultado, están puestas todas las expectativas del Presidente, aunque hacia afuera lance «bravuconadas» como cuando dice «me da lo mismo si la aprueban o no porque igual llegaré adonde quiero».
Fuera de esos «infantilismos de un novato en política», como lo califica su propia tropa aunque tras bambalinas, Milei sabe que debe tener ese paquete de leyes aprobado para marchar sin obstáculos hacia lo que siempre quiso que es poner al país «bajo un duro control de gastos para sostener el equilibrio fiscal; a la vez controlar la inflación al precio que sea y desterrar para siempre la práctica de emisión monetaria que fue habitual en los gobiernos populistas de los últimos años», que es lo que el libertario afirma ante propios y extraños siempre.
Para eso es necesario que consiga en el Senado los votos que le asfalten ese camino, por eso mandó a Guillermo Francos, su ministro político y sus principales operadores ejecutivos y legislativos, a convencer como sea a los senadores para que terminen avalando la Ley Bases, incluidos aquellos que, al menos en teoría, están enrolados en la corriente política que todavía pretende manejar a su antojo Cristina Kirchner.
«Hay varios senadores que saben que Cristina está liquidada y el poder que le queda se le escurrirá como agua en un canasto cuando la Cámara de Casación ratifique y aumente la condena que en primaria instancia le dictó el TOF 2 por los hechos de corrupción que fueron debidamente probados», fue lo que lanzó ante este diarioweb un reconocido abogado y político peronista salteño, indicando con ello que a la hora de la verdad, más de un legislador terminará apostando por Milei antes que por su ex jefa política ya caída en desgracia.
Por eso estos son días de «poroteo», es decir de contar votos posibles, para así llegar con cierta certidumbre al recinto y no quedar, como se dice en la jerga política, «colgado de la brocha» con una derrota durísima y de imprevisibles consecuencias sobre todo para el oficialismo.
«Milei no puede perder porque tiene a su disposición todos los recursos del Estado. Los buenos y los malos», dicen analistas políticos, adelantando que se podría recurrir a métodos «non sanctos», lo que hace que el fantasma de la nefasta «Banelco» vuelva a sobrevolar el recinto legislativo de la Cámara alta.
Hasta ahora, ni oficialistas ni opositores pueden asegurar que saldrán airosos aunque las apuestas de estas horas se inclinan a favor de la Casa Rosada, pero indican que para ello el Presidente deberá hacer nuevas concesiones, más que nada a los gobernadores, que aprovecharán la circunstancia para pedir como «menesteroso en novena».
Algo de eso ya se comienza a ver porque el ministro Francos tendrá que visitar en tiempo récord a los gobernadores del sur y del norte en estos días, mientras otros operadores como «Lule» Menem y funcionarios de Karina Milei harán lo propio con intendentes y dirigentes políticos «influyentes» de todo el país.
Impuesto al tabaco en riesgo
El capítulo que se logró incorporar a la Ley Bases referido a que Tabacalera Sarandí vuelva a pagar el impuesto a la actividad igual que las otras empresas lo hacen y que en Diputados contó con un inusual número de abstenciones y votos en contra, hasta de legisladores de provincias donde la producción de tabaco es una de las principales actividades económicas, como Salta, está otra vez bajo la lupa por el tremendo lobby que de nuevo se está haciendo para que la ley caiga y siga beneficiando al «señor del Tabaco», Pablo Otero, y perjudicando a las provincias que no recibirán su parte de este impuesto que es coparticipable, y tampoco los productores a través del Fondo Especial del Tabaco.
Llama la atención que en este tema, libertarios y kirchneristas voten juntos, lo que abona la idea que había ya en la campaña electoral que decía de unos y otros que eran «enemigos arriba de la mesa, pero que abajo acordaban temas sin ningún problema».
«Para cagarnos y beneficiarse ellos no hay diferencias ideológicas ni partidarias», comentaba en un café un productor del Valle de Lerma mientras leía a sus ocasionales contertulios el repudio que la Cámara del Tabaco y la Cooperativa de Productores Tabacaleros de la provincia de Salta hicieron público sobre las figuras de los legisladores nacionales Carlos Zapata; Julio Moreno; Emilia Orozco y Emiliano Estrada de LLA y UxP respectivamente, quienes votaron y se abstuvieron en contra de los intereses de los salteños y la provincia.
Los cuatro fueron «declarados personas no gratas» por ambas instituciones, lo que provocará un inesperado impacto político de cara a las elecciones del año que viene.
Sin dudas quienes votaron contra la provincia y sus ciudadanos, que a su vez los eligieron para que vayan al Congreso a cuidar y defender sus intereses y no los de otros, deberán apelar a su mejor discurso y cara para explicar lo que parece inexplicable y salir airosos de la inquisición popular a la que serán sometidos en todos los ámbitos de la provincia por los que circulen.
Epílogo
Paralelo al conteo de votos senatoriales y a lo que suceda al final con la Ley Bases, el tema electoral no para y de forma paralela se mueve en diversos espacios no solo en los políticos.
Los nombres para los cargos legislativos que estarán en juego en 2025 ya empiezan a ser oídos porque son los propios interesados quienes los sacan a la luz aunque públicamente luego lo nieguen, para evitar quedar identificados como «angurrientos desesperados», calificativo o descalificativo que a decir verdad poco les importa.
«Un consejo sabio de la política dice que ‘cocodrilo que se duerme es cartera’, por eso yo ya estoy trabajando para llegar a una banca legislativa. Si es nacional mejor pero me da lo mismo si es provincial o municipal porque ahora los concejales se eligen por cuatro años», comentó un dirigente político con varias elecciones en el lomo que imploró para que su nombre no sea difundido, al menos por ahora.
En realidad como él hay muchos/as que ya observan como le va y le irá a Milei para según eso ubicarse en su vereda o en la de enfrente.
«Si al Peluca le va bien hay que ubicarse allí», dicen sin complejos y ante la obligada pregunta: «pero que vos no eras peruca?», naturalmente surge la respuesta entre risas: «Si hoy hablás de ideologías o partidos sos un pelotudo. Eso era antes. Ahora lo que importa es acercarse a la gente con las nuevas tecnologías de las redes sociales, Tic Toc, X o cualquier otra. El tema de si eras radical, peronista, comunista o gorila ya no le importa a nadie» afirmaba, mientras subía videos a su celular.
Sus dichos recuerdan la famosa frase que James Carville, estratega de campaña de Bill Clinton, le recomendó que usara para ganarle la elección a George Bush (padre) y que decía: «Es la economía, estúpido».
En este caso, bien valdría que para entender esta realidad política despojada de valores y cargada de oportunismo digamos entonces: «Es la política, estúpido»…