En política, una de las primeras enseñanzas indica que no siempre dos más dos son cuatro ya que algunas veces puede ser tres o dos.
DANIEL SALMORAL.- La angustia y los miedos electorales para los argentinos continuarán.
Conocido el resultado de las elecciones generales del domingo pasado que trajo el triunfo inesperado para algunos y lógico para otros de Sergio Massa, confirmó que se deberá ir a un balotaje el 19 de Noviembre.
Lo sucedido el domingo en las urnas, generó un escenario político-electoral que comenzó a mutar de manera asombrosa.
Ese veredicto soberano que colocó al candidato de Unión por la Patria con renovadas chances de llegar al principal sillón de la Casa Rosada, provocó movimientos profundos en el frente Juntos por el Cambio que, tal como adelantáramos desde estas columnas el fin de semana pasado, marcará el inicio de su desintegración a la vez que provocará cambios profundos en los partidos políticos que hasta estos días lo integran.
La movida de Mauricio Macri de la que ya había sospechas llevando a Patricia Bullrich a «abuenarse» con su ahora ex enemigo Javier Milei, puso «patas para arriba» a la alianza política generando acciones diversas en el PRO, la UCR y la CC, que deberán marchar hacia una traumática pero inevitable reconfiguración.
Esto trajo aún mas dudas en un electorado que ya se mostraba desconfiado e indiferente frente a lo que se le ofrecía, lo que ahora se hará más profundo porque la mayoría no termina de digerir estos «arreglos» de última hora.
Pero, qué pasó en estos días que puso a la política como decimos en el norte como un «hormiguero pateao»?
Desde la aparición del libertario en el tablado político, desde Juntos por el Cambio se desconfió del ex presidente Macri porque no a pocos les llamaba la atención «el excesivo», dijeron algunos, «buen trato» que le dispensaba a Milei.
«Una cosa son las buenas formas pero otra el ‘coqueteo’ exagerado que ambos se dispensan», habían hecho saber dirigentes del PRO y radicales sobre todo, que veían «otra intención» en las «flores» que los dos se tiraban en cuanta oportunidad tenían.
«Estábamos en campaña enfrentados con Milei y no era para que se arrimen mimos», le dijo un dirigente de Propuesta Republicana a este Portal que se mostró molesto pero más que nada desilusionado con lo que finalmente hizo el empresario boquense.
«Fue una garcada total lo que hizo. La jugó a Patricia (Bullrich) sabiendo que al final la jodería», agregó y presagió que la jugada no le saldrá bien porque ahora, indicó, hay «mucha gente molesta» y «con mucha calentura» en el principal frente opositor al oficialismo.
Ya con las cartas así jugadas, solamente queda esperar tres semanas para saber si lo realizado fue brillante o una «taba» lanzada al aire por inexpertos que no saben lo que es estar en las «grandes ligas».
En política, una de las primeras enseñanzas indica que «no siempre dos más dos son cuatro ya que algunas veces puede ser tres o dos».
Por ahora, esa es la duda existencial. Lo pergeñado por el dueto M y M, sumará cuatro al final?
Habrá que dosificar temblores porque eso recién el 19 de noviembre a la noche se conocerá.
Expectativa massista
Mientras esto ocurre en JxC, en la vereda de enfrente, en Unión por la Patria, hay una renovada convicción que al final Sergio Massa será el presidente electo.
Resulta obvio que así sea después que Massa ganara las generales remontando un resultado en las PASO que parecía difícil de modificar.
Para que ello ocurra apareció, después de dormir una larga siesta, el famoso «aparato electoral» del peronismo que en todas su formas emergió cuando algunos ya lo creían resignado
«No podíamos quedarnos impávidos ante lo que sucedió en las Paso, por eso todos los perucas nos sentimos tocados en nuestras entrañas y salimos a demostrar que no nos habían noqueado», aseguró una dirigenta barrial que se mostró confiada en ganar el mes que viene.
Un legislador por su parte, dijo a este Portal que le parecía increíble «la mano» que le estaban dando a Massa, porque dijo estar seguro que esos «errores no forzados» contribuirán de manera adicional a la tarea militante de todo UxP para que el ahora ministro de Economía, cambie su actual despacho del Palacio de Hacienda a Balcarce 50.
Primeras encuestas
Según dos encuestas que se conocieron en las últimas horas sobre lo que podría ocurrir en la segunda vuelta, dejan ver importantes porcentajes de gente que no sabe a quien votar todavía.
Estos números se ubican entre un 13 y un 17%, lo que adelanta que las semanas que llegan serán decisivas para «seducir» e inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.
A todo esto, la pregunta sobre si lo actuado por los liberales se impondrá al final es motivo de apuestas en buena parte del arco político.
«Si les sale bien será el final para muchos dirigentes y algunas prácticas políticas conocidas pero si fallan y Massa gana, lo más seguro es que ambos se tengan que ir a vivir a la luna porque no podrán salir a la calle», comentó un consultor político vernáculo.
Epílogo
Mientras todo esto ocurre en las «Torres de Marfil» que habitan los políticos, en la tierra, contra el piso, los ciudadanos más pobres sufren con mayor dureza sus desventuras diarias.
El pan ahora cuesta cerca de $ 1.500 el kilo y la carne pasó a ser un lujo inalcanzable para buena parte de los consumidores. Pero si con eso no bastara, tampoco hay combustible y el peregrinaje de automovilistas por las estaciones de servicio de todo el país se convirtió en la más clara postal de la decadencia argentina de los últimos años.
«Quiero que esto termine. Qué salga pato o gallareta pero que termine y el que gane, sea quien sea, comience a mirar hacia abajo y nos descubra. En verdad no importa si es Milei o Massa, la cosa será que entienda que los pobres de todo ya no podemos más», declaró ante un móvil radial una humilde vecina de la zona sudeste de la ciudad.
A ella, ciertamente, no le interesa quien triunfe y es casi lógico pensar que ni siquiera vaya a votar.
Solo espera, pide e implora, desde su desnudez social absoluta, que quien gane al menos, no le haga su vida aún más miserable de lo que ya la tiene.
