Inicio Opinión Hemos votado a un pelotudo como presidente… – Por: Ernesto Bisceglia

Hemos votado a un pelotudo como presidente… – Por: Ernesto Bisceglia

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Si el presidente grita, nos insulta y descalifica, desde su podio que es la más alta Magistratura de la República, nos hemos ganado el derecho a gritar desde la tribuna del periodismo libre. Cuando el insulto se convierte en política de Estado, la palabra se vuelve trinchera. Y la tinta, pólvora. ¿Hasta cuándo vamos a aplaudir al payaso que prende fuego la carpa?

DANIEL SALMORAL.- En tiempos de injurias presidenciales, callar es traicionar. Por eso, esta nota es un acto de defensa. De defensa de la sociedad y de defensa propia. Una lanza escrita contra la barbarie disfrazada de libertad.

¿Hasta cuándo los ciudadanos hemos de aguantar que desde el Sillón de Rivadavia se nos basuree al antojo ciclotímico de quien ejerce la Primera Magistratura?

No sé, vosotros, pero al menos quien escribe, que ha hecho del “Oficio más hermoso del mundo”, según diría Gabriel García Márquez, una pasión; del arte de trabajar la Palabra una vocación sagrada, del pensamiento elaborado una liturgia y de la Libertad de Opinión, una Eucaristía, no puedo permanecer impasible ante el ataque sistemático, grosero, soez y amenazante, del presidente y su cáfila de enajenados fascistas, hacia el periodismo.

¿Hasta cuándo los ciudadanos honorables seremos vapuleados por el lenguaje esquizoide de un individuo desequilibrado emocionalmente?

Pues os digo, si el propio presidente no hace respetar su Magistratura insultando a mansalva, calificando de “meados” a los adultos mayores, de “ratas” a los legisladores, de “mandriles”, “imbéciles” e “infradotados” a quienes no opinan como él, y de “ensobrados” y de “minorados con IQ (ais quiú, dice haciendo gala de un inglés de primaria), a los periodistas – todas ellas expresiones literales del presidente en funciones- los ciudadanos, nos hemos ganado el derecho a catalogar su gestión y su persona del modo que nos parezca.

Pues sí, porque hemos votado a un presidente que ha hecho del insulto una política, del desdén una estrategia, y de la grosería un modo de vida. En otras palabras, repito y con énfasis, hemos votado a un pelotudo.

En verdad os digo: estamos cruzando el umbral de un autoritarismo disfrazado de show, donde el delirio sustituye a la razón y el grito altisonante reemplaza al diálogo. ¡Os digo y alerto, a vosotros, ciudadanos; nos tratan como a palurdos y cuando la Palabra se degrada, ¡la democracia comienza a morir!

Seis horas de vida de la República ha dilapidado el peludo este con cerebro de ameba junto a su séquito de esmirriados mentales en denostar al periodismo, en reír preguntando «Cuándo me pasás la lista de los periodistas que tengo que meter presos». Seis horas que hemos pagado todos para que el presidente nos diga subrepticiamente que los derechos y garantias de la Constitución Nacional no valen nada.

Es peligrosísimo que el presidente de la Nación exprese públicamente estas amenazas

 

De hecho, ese “Orangu-Dan”, un pobre troglodita consagrado por la oportunidad, un matón de atril con veleidades hitlerianas y un cavernícola con “X”, se atreve a pedirle al presidente que “meta preso a un periodista”. Esa frase contiene una gravedad institucional propia de los dictadores con “IQ, ais quiu”, de menos índice que una tortuga. Para colmo, el presidente participa de una mesa redonda con mentes cuadradas, donde se denigra al periodismo y el propio presidente utiliza adjetivos capciosos para nombrar a los periodistas que no le son favorables.

Por si fuera poco, los “ilustrados” de La Libertad Avanza en Salta, han traído a estos a estos libertarios de zoológico a formar una parada donde un círculo de energúmenos disfrazados de pensadores, con aires de próceres libertarios y discursos de YouTube, se han dedicado a burlarse del periodismo, intentando dictar una cátedra de política, cuando no son más que una caterva de insolventes mentales que lo más alto que han leído debe ser “Platero y Yo”, y por supuesto, todavía están tratando de comprenderlo. Ni siquiera se puede bromear asociándolos con el burro porque los asnos están considerados como animales muy inteligentes. Insultaría a los asnos.

¿Esta es la Democracia que queremos?

 

Nadie en el periodismo de Salta ha recogido el guante de esta afrenta y de este peligro que se cierne sobre nuestras plumas. ¡Claro! ¿Quién va a levantar la voz si los medios están convertidos en páginas amarillas desde las cuales se insulta y se responden acusaciones. ¿En qué medio vemos en Salta, el Editorial, la nota de fondo, el análisis serio y equilibrado, la investigación científica… Estoy pidiendo mucho, creo.

Las plumas, los periodistas, formaron a esta Patria. Allá van, Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Hilario Ascasubi, Florencio Sánchez y Esteban Echeverría, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento, José Hernández, José Mármol, Paul Groussac, Roberto Arlt, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Manuel Gálvez y Enrique Santos Discépolo. Más recientemente, Tomás Eloy Martínez, Jorge Lanata. ¡El periodismo anticipó los procesos políticos argentinos desde 1810! Fue profético, crítico y hasta destituyente cuando favoreció el camino de las dictaduras.

El periodismo colocó en la presidencia a Don Hipólito Yrigoyen y lo bajó en 1930. Lo propio hizo con Juan Domingo Perón, con Arturo Frondizi y con Umberto Arturo Illia. Fue combativo en los setenta y anticipó el amanecer de la democracia en 1983.

También fue venal, proselitista y vendido. Pero ahora…, es manso ante el ataque de un desequilibrado mental y su cáfila de ignorantes, patovicas de redes sociales. ¡Quisiéramos ver a estos «machos de papel crepé» a la hora de tener que tomar un fusil para defender a la Patria como lo hizo nuestra generación! Como lo hicimos nosotros. Después de eso, mirad si vamos a temerle a esta gavilla de oligofrénicos.

Temblarían como afeminados de peluca polveada. Con poder y dinero público cualquiera se autopercibe un Atila. Pero estos no son más que miserables advenedizos, arribistas colocados por una ola de votos de cual muchos somos responsables.

¡Venid, pues, en pos de nosotros, los que sabemos de “tomar las armas para defender la Patria” como dice la Constitución Nacional y tenemos el valor de enfrentaros y deciros en la cara que no son más que una turba arrogante de petiteros y patoteros!

Y diremos con el poeta:

«No me asustan vuestros semblantes esquivos

Pues ni muertos ni vivos

Arredaréis mi valor»

Hemos hecho -algunos- del periodismo una tribuna y una trinchera. En lo particular, tengo ganado el derecho moral de escribir con tinta de guerra porque el mote de “ensobrados” que tanto gustáis de catalogar no me alcanza.

Porque no tengo pauta oficial y cuando la he pedido me ha sido negada. Y aún así, estas páginas han sido tribuna para la Libertad de Opinión, para el esclarecimiento y para Libertad de Expresión. A pesar de que se nos niega el favor oficial de un recurso económico, no para bien vivir sino para invertir, desde esta trinchera hemos cuidado siempre la Institucionalidad. Jamás ha partido de nuestra pluma el agravio al primer Magistrado de la Provincia, a pesar de nuestras disidencias y diferencias. Porque comprendemos que primero está la República, el Orden Institucional y la defensa irrestricta de la LIBERTAD.

Vosotros, no sois más que una camarilla de monigotes soberbios, una cofradía de pandilleros de poca monta que constituís una fronda más barata que la chusma a la que despreciáis. No sois más que una gavilla de mostrencos inhábiles para otra cosa que no sea la burla y la descalificación apañada por el esquizoide que os maneja.

He de pedir perdón a la audiencia por los excesos verbales si acaso los hubiere cometido. Pero un espíritu libre, no puede permanecer impasible ante el avasallamiento de la República. Porque cuando os vayan quitando los derechos y garantías que costaron sangre de argentinos, yo al menos, podré decir con aquel: “Es posible que nos ganen, pero podré mirar a los ojos a mis hijos y decirles que por lo menos he peleado”.

A diferencia vuestra, soy, como aquel que dice el poema criollo escrito de Anselmo Cruz, cantado en la voz de otro hombre libre que pagó con su vida por eso, Jorge Cafrune:

Porque no me han visto lamer la coyunda

Ni andar hosicando pa’ hacerme de un peso

Y saben de sobra que soy duro de boca

Y no me asujeta ni un freno mulero

Porque cuando tengo que cantar verdades

Las canto derecho, nomás a lo macho

Aunque esas verdades amuestren bichera

Donde nadie creiba que hubiera gusano

PD: Se ruega a los amigos de La Libertad Avanza, hacer llegar esta nota a los miserables mencionados “ut supra”.

Fuente: ernestobisceglia.com