Las últimas encuestas muestran una caída en la imagen de Milei y su gobierno. Esto entusiasma al kirchnerismo que ya se imagina retornando a los despachos de Balcarce 50. La queja urbana se comienza a sentir con más fuerza. Preocupa más la pelea Cristina con Axel, que Cristina con Quintela.
DANIEL SALMORAL.- Los últimos días han sido de mucha actividad y generaron nuevas expectativas hacia el futuro, en el siempre activo planeta pejotiano.
La necesidad de presentar listas para el proceso electoral interno, renovaron la actividad entre la dirigencia que recobró, como en otros tiempos, un optimismo por los días que imaginan llegarán pronto y les devolverá al protagonismo perdido a manos del libertario Javier Milei.
Ahora, coincidente con el proceso interno para cambiar autoridades nacionales del Partido Justicialista, en la sede del Instituto Patria antes que en otros ámbitos, el peronismo empieza a mirar con optimismo lo que indican las encuestas de los días pasados, que dejan ver que la imagen del Presidente y su gestión han caído en porcentajes importantes si se los coteja con el inicio de la gestión.
Desde el kirchnerismo y los partidos de izquierda, consideran que el deterioro en la imagen a favor que venia acompañando al Presidente resulta «lógica».
«Esto tendría que haberse visto hace rato ya que la gente la está pasando mal y eso se refleja en los sectores sociales bajos y ahora también en los medios, lo que provoca que el malestar se visualice más ampliamente», explica una estudiante que participa de la queja en la UNSa.
El tema del presupuesto para las universidades públicas y el de los jubilados, atravesó el tejido social generando rechazos contundentes a las decisiones presidenciales en esas dos materias
«Haberle negado un recomposición mínima a los jubilados y haber tachado un ajuste presupuestario para las universidades públicas, fueron hechos que tuvieron un amplio impacto social porque en cuestiones como esas, las diferencias ideológicas y partidarias son mínimas ya que es mayor el sentido de justicia que encierran los reclamos», explica a este diarioweb un sociólogo consultado sobre la indecencia que podrían generar estos hechos en el humor social.
Que caiga ya
En ese aspecto, hay organizaciones universitarias ligadas a partidos de izquierda, más precisamente al PO, que han expresado públicamente y sin pelos en la lengua, que ya están dadas las condiciones para que el gobierno de Milei caiga, argumentando para eso que existe un profundo hartazgo en buena parte de la sociedad con esta gestión, que ha provocado un fuerte incremento en los niveles de pobreza e indigencia.
Para este espacio trotskista y otros similares, el gobierno de Milei debería caer ya.
A la hora de explicar en manos de quien debería quedar la conducción del país, afirman que el nuevo gobierno se debería conformar de acuerdo a lo que decidan las asambleas populares que se deberían convocar para que se expresen en todo el país y que de allí surja un nuevo gobierno «nacional y popular».
La idea, de neto corte golpista, está indicando que en algunos sectores se buscará acentuar la queja social, intentando que se exprese en las calles de manera más contundente que ahora.
«El pueblo ya está cansado de este gobierno hambreador, pero ya falta poco para que se vaya», sostienen sin complejos cuando se les consulta sobre como debería seguir la historia.
Antiguamente, las abuelas tenían una frase para graficar momentos de crispación hogareña y social también: «el horno no está para bollos», decían, indicando que la paciencia estaba llegando a su fin.
Epílogo
En el Kirchnerismo, en tanto, también consideran que el cansancio social se está expresando de manera mucho más clara ahora que en meses anteriores, por lo que vaticinan que eso se hará sentir en la calle cada vez con mayor frecuencia, lo que según sus gurúes políticos, esto empezará a marcar una considerable baja en el acompañamiento a la gestión libertaria que tendrá su correlato final en las elecciones legislativas del año que viene.
No obstante, ahora preocupa más la pelea de Cristina con Axel Kicillof y no la de ella con Quintela.
Para este arco político, la gestión libertaria ya comenzó a perder sustento en importantes niveles de la sociedad, por lo que están seguros que eso se mostrará en los resultados electorales que se conozcan cuando dentro de un año se abran las urnas electorales.
«Con paciencia y marcando nuestra diferencia con este gobierno liberal, los peronistas estamos esperando que pase la carroza llevando los restos de este gobierno ajustador que dejó en claro que, para ellos, los números son más importantes que la gente de carne y hueso», comentó un dirigente barrial que se mostró confiado en que su partido volverá a conducir el país a partir de 2027.
Por encima de estas especulaciones políticas, lo concreto es que una importante cantidad de hombres y mujeres de este país y por encima de banderías políticas, están sufriendo a diario las consecuencias de medidas económicas que adoptó este gobierno, quien argumentó a su favor que era lo único que se podía hacer ante el desastre que dejó la gestión kirchnerista, quienes, aunque parezca increíble, dicen estar preparándose para «volver al gobierno y salvar a los argentinos de las garras del león anarco-libertario, que los está matando».
Todos, los que gobiernan ahora y los que dicen que volverán, tendrían que ponerse de acuerdo en estos días, no mañana, y tomar las medidas necesarias para atenuar tanto dolor social pero no se ilusione: otro viejo dicho afirma: «no se puede pedirle peras al olmo», y siempre resultó cierto…