La semana que inicia marcará el futuro de Javier Milei. Por estas horas, negocia en todos los frentes el apoyo legislativo a su veto frente a lo aprobado por el Congreso en el tema jubilaciones. Si lo rechazan, sumará otra derrota legislativa y complicará su plan de gobierno. Sin embargo, la aparición del montonero Firmenich le está dando una mano inesperada.
DANIEL SALMORAL.- En estos días, el Presidente tuvo que ponerse al frente de negociaciones con el PRO, principalmente, para tratar de frenar la embestida que este miércoles los bloques de Encuentro Federal, la UCR y la CC junto a Unión por la Patria, pondrán en marcha para rechazar el veto sobre la reforma jubilatoria que semanas pasadas impusieron por una amplísima mayoría en ámbitos legislativos.
A Javier Milei no le quedó otra que calzarse el «traje de político», que aborrece, para buscar acuerdos y evitar que su veto muera.
Molesto en demasía por lo que considera es un ataque directo de los «degenerados fiscales» a su plan de estabilidad económico, se sentó a dialogar primero con Mauricio Macri y luego con algunos legisladores de su partido, para convencerlos de ir sobre su pasos y ahora votar en contra de lo que ellos mismos aprobaron días atrás, argumentando que si se sostiene la recomposición jubilatoria del 8% sobre los miserables ingresos de los jubilados, todo lo conseguido hasta ahora en lo que hace al equilibrio fiscal, volará por los aires.
Por eso, más allá del diálogo con los «amigos», volvió a pedirle a los gobernadores cercanos que ordenen a sus legisladores apoyar el veto, aún cuando con esa decisión vayan en contra de los jubilados de sus provincias.
«Los gobernadores están atrapados. O hacen que sus legisladores acompañen el veto presidencial o volverán a ver comprometidos el envío de recursos financieros nacionales a sus provincias. Si, lisamente es una extorsión», reconocieron desde despachos de administraciones provinciales.
Lo cierto es que en estos días y hasta el miércoles que se llevaría adelante una sesión especial en Diputados, los opositores también buscan votos para tumbar de manera contundente el veto.
Una salida para los gobernadores sería que sus legisladores no asistan a la sesión para así facilitar el número de votos que harán falta para que Milei consiga su objetivo y así no tener que pagar las consecuencias si lo decidido por Milei finalmente se cae.
El miércoles que viene entonces, será una especie de «día D legislativo» porque si el oficialismo pierde, se habrá debilitado más de lo imaginado la imagen del primer mandatario y además deberá salir a conseguir recursos para recomponer las jubilaciones.
Más en lo legislativo
Paralelo a ello, también el oficialismo trabaja por estas horas afinando los números del Presupuesto 2025 que el viernes 13 será presentado de manera formal en el Congreso.
Desde el Ministerio de Economía se adelantó que es muy severo ajustando gastos a la recaudación y la inflación, por lo que no se permitirá que «ni una moneda» salga para nadie por fuera de lo presupuestado.
«Será otro ajuste importante», dijeron legisladores de la LLA que se ufanan de conocer antes que llegue a los recintos legislativos buena parte de su contenido.
Es la política estúpido
Mientras Milei busca ordenar las cuentas, en lo político todo se le desmadra.
Es sus propios bloques, quedó demostrado en la última semana que carecen de conducción y que cada legislador es «un libre pensador» que hace lo que quiere.
Los ataques y descalificaciones que cruzaron entre ellos y ellas, se parecieron más a «puterios de vedetongas», como lo calificó un periodista de espectáculos, que a diferencias intelectuales o políticas sobre proyectos legislativos importantes de los que se deberían estar ocupando.
«Son un lamentable rejuntado de amateurs que de política no entienden nada. Cada uno se cree superior al otro, pero son unos inútiles que deberían entender que están allí gracias al apoyo electoral que consiguió Milei sino ellos seguirían en sus cosas cagándose de hambre», le dijo un diputado de otro espacio a este diarioweb cuando le consultamos sobre el «cabaret» en el que se convirtieron los bloques legislativos libertarios.
Además de eso, ya quedó en claro que la vicepresidenta Victoria Villarruel, como ya lo adelantamos desde estas columnas, se muestra distante de lo que ocurre en el Ejecutivo, marcha por su propio camino y elige sus propias peleas y contrincantes, como sucedió con el reaparecido Mario Firmenich, ex jefe de Montoneros, a quien rescató del pozo profundo en el que habita desde hace décadas para devolverle protagonismo y de esa manera volver a la vida a fantasmas de un pasado horroroso que se pensaba superado.
«Vuelvo para dar clases de política», dijo el montonero que envió a la muerte a una generación de jóvenes setentistas mientras él, traicioneramente, negociaba con militares genocidas que violaban sistemáticamente derechos humanos y cometían delitos de lesa humanidad.
Ayuda inesperada
El que sin dudas agradece el «renacimiento» de Firmenich es el propio Presidente, porque se da cuenta que presencias como la suya provocan pánico en una sociedad que aceptará cualquier cosa con tal de evitar que estos personajes nefastos o sus sucesores, puedan volver al poder.
«Que suerte que tiene Milei. Cuando las cosas le salen mal y la paciencia social comienza a agotarse, aparecen tipos como este montonero que vuelve a agitar los miedos del pasado y renueva esperanzas en la gestión de Milei más allá del ajuste que sufren», se sostiene desde las filas peronistas.
Epílogo
Así las cosas, en la semana que se inicia también empezará a definirse el escenario electoral.
Desde LLA, Karina Milei está convencida que el triunfo legislativo será muy amplio en todo el territorio nacional, por lo que vaticina que las bancas que estarán en juego se poblarán de hombres y mujeres de ese espacio político.
Tan segura está de eso, que es la primera en rechazar un acuerdo con Mauricio Macri y afirma ante sus cercanos: «No lo necesitamos. Es más, nosotros (LLA) ganaremos cómodamente CABA, entonces no tenemos porqué compartir poder con Macri ni con nadie», aseguran que dice cada vez que alguien le habla de arrimarse al PRO.
El resto de partidos políticos, sobre todo el peronismo, todavía deambula a la espera de señales de Cristina Kirchner que, aunque algunos lo nieguen, es aún quien tiene la voz de mando en ese territorio.
Las demás expresiones políticas como el radicalismo y el peronismo no K también están en proceso de rearmado, por eso no saben qué hacer en el Congreso con los proyectos para reformar el sistema electoral, sobre todo en lo que hace a la continuidad o no de las PASO.
Por estos días todo es especulación porque aunque lo nieguen, todos esperan ver cómo le irá a Milei con su gestión en el corto plazo.
Saben que si los reclamos sociales se agudizan y comienzan a minar el apoyo a la gestión libertaria, sus chances pueden crecer pero los más realistas no se hacen demasiadas ilusiones.
Reconocen que fueron muchos años de engaños a una sociedad harta de fracasos y descreída de promesas fáciles que no les resolvieron sus problemas sino que los agudizaron.
«Esta vez no será tan fácil que volvamos», se sinceran.
La gente, la sencilla gente que es la que sufre los errores y las trapisondas de uno y otro partido que llegó a la Casa Rosada, es ajena a estas especulaciones y espera que de una vez los políticos argentinos dejen de lado sus privilegios y falsas diferencias y se pongan a trabajar juntos para resolver graves problemas como los niveles de pobreza e indigencia que en este tiempo, ronda el 60%.
Lo intentarán?… conociendo a los protagonistas, no habría que hacerse demasiadas ilusiones…
