DANIEL SALMORAL.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró este viernes que unos 60 millones de estadounidenses pueden ahora recibir una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer.
En esa última clasificación, se incluye a profesores, trabajadores de supermercados, personal sanitario, presos y personas que viven en albergues para indigentes.
Según explicó el mandatario, 20 millones de ciudadanos ya cumplen con los plazos y requisitos para poder solicitar su vacuna de refuerzo.
«Vayan a ponerse la vacuna de refuerzo«, instó el presidente de 78 años, quien no dudó en afirmar que él mismo lo hará.
Joe Biden, presidente de Estados Unidos
Por otro lado, prometió que los vacunados con fármacos de Moderna y Johnson & Johnson también tendrán su dosis de refuerzo a medida que se realicen las investigaciones.
Por su parte, el Gobierno buscaba lanzar una campaña masiva de vacunas de refuerzo Pfizer y Moderna a partir de esta semana, para todos los adultos sin distinción.
Sin embargo, esta medida estaba sujeta a la aprobación de las autoridades sanitarias, que nunca recibieron el informe de Moderna, que no pudo presentar los datos necesarios a tiempo.
La semana pasada, los miembros de un comité asesor de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) no aprobaron la tercera dosis para todos los adultos, mientras que el miércoles aceptaron el uso de emergencia de este refuerzo, aunque los criterios seguían siendo muy amplios.
Este jueves, tras un debate que duró horas, los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades aumentaron la confusión, votando en contra de incluir a las personas que se exponen con frecuencia al virus debido a su ocupación o circunstancias.
No obstante, la directora de la institución, Rochelle Walensky, se pronunció en contra de esa resolución: «Durante una pandemia, incluso en condiciones de incertidumbre, debemos tomar medidas que creemos serán las más beneficiosas».
Estas campañas de refuerzo son fuertemente criticadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que argumenta las desigualdades en materia de vacunas entre países ricos y pobres.
De su lado, Estados Unidos asegura que puede combinar la campaña de refuerzo con la ayuda a países extranjeros.
En ese sentido, Washington aumentó esta semana su promesa de donación de vacunas a los países que las necesitan a 1.100 millones de dosis.
Fuente: AFP
