Fruto de la presión política, la prima de riesgo se eleva. El ministro filtró que está dispuesto a subir aún más los encajes y las tasas.
El escándalo por coimas y la prima de riesgo
Las filtraciones de audio atribuidas a Diego Spagnuolo que acusaron a Karina Milei y Eduardo Lule Menem de recibir sobornos de empresas farmacéuticas parecen seguir horadando la confianza en el Gobierno. Una investigación judicial con allanamientos y la supuesta especulación de difusión de nuevos audios y videos para esta semana, le agrega dramatismo al contexto. El escándalo ha debilitado la narrativa anticorrupción de Milei y promete sumarle presión al tipo de cambio en el frente financiero e incluso en la variante electoral.
Riesgos y tensiones del sistema financiero
La nueva normativa de encajes que consolidó la medición diaria y aumentó las exigencias, generó tensiones en el sistema financiero. “Los bancos enfrentan un cuello de botella operativo; los encajes diarios son un dolor de cabeza”, señaló un operador. El encarecimiento del crédito, consecuencia de tasas récord, podría desacelerar la recuperación económica, proyectada en 5,5% para 2025 por el Banco Mundial. La morosidad de los préstamos personales (6,5%) y tarjetas de crédito (4,9%) en junio refleja un deterioro en la capacidad de pago de las familias, lo que podría agravarse con tasas más altas.
“Los inversores privados exigen mayores rendimientos para compensar el riesgo político; el Tesoro podría tener que convalidar tasas aún más altas”, explicó un analista. Operadores advierten que un nuevo traspié en la licitación podría disparar el dólar blue, proyectado proyectado en $1.535 para diciembre, según el mercado de ROFEX. Esto podría forzar al BCRA a intervenir directamente en el mercado cambiario, contradiciendo el discurso de libre mercado de Milei.
El Gobierno enfrenta un equilibrio precario. La suba de encajes y tasas, sumada a la normativa ad-hoc que está en constante elaboración, busca estabilizar el tipo de cambio y la inflación. Sin embargo, el costo económico y político es elevado. La compresión de liquidez podría alienar a sectores productivos y financieros, mientras el escándalo Spagnuolo erosiona la credibilidad del oficialismo en un momento clave antes de las elecciones. La inflación, que en julio marcó 1,9% mensual, muestra signos de resistencia en sectores como servicios.
Un éxito reforzaría la estrategia del Ejecutivo, pero un nuevo fracaso podría desencadenar una corrida cambiaria y obligar a medidas más drásticas, como una intervención directa del BCRA en el techo de la banda cambiaria, algo que el Gobierno quiere evitar. Fuentes del mercado coinciden en que Milei apuesta a ganar tiempo hasta octubre, cuando las elecciones legislativas definirán el respaldo político a sus reformas. Sin embargo, la perspectiva económica se ha tornado más cautelosa: analistas del mercado como J.P. Morgan han revisado a la baja las proyecciones de crecimiento para 2025, reduciéndolas del 5,3% al 4,7% del PBI, citando la desaceleración económica del segundo trimestre, la volatilidad de las tasas, y la incertidumbre electoral como factores clave.
Fuente: Ámbito.com





