El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó el despliegue del USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque. El USS Ford se encuentra actualmente en el mar Mediterráneo junto con tres destructores.
DANIEL SALMORAL.- En una última escalada de fuerzas militares en el Caribe frente a las costas venezolanas, el Pentágono anunció este viernes que enviará a la zona al portaviones estadounidense Gerald Ford, el buque de guerra más grande del mundo, una medida que suma fuerte presión sobre el régimen de Nicolás Maduro.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó el despliegue del USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque en el Comando Sur de EE.UU. para «reforzar la capacidad estadounidense de detectar, monitorear e interrumpir a actores y actividades ilícitas que comprometen la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos», declaró el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, en una publicación en redes sociales.
Agregó que la medida es “en apoyo a la directiva del presidente de desmantelar las Organizaciones Criminales Transnacionales (TCO) y contrarrestar el narcoterrorismo en defensa de la Patria”, el argumento con el que el presidente Donald Trump ha emprendido en los últimos meses una ofensiva en el Caribe, que incluyó ataques aéreos a embarcaciones que supuestamente transportaban drogas, en los que hubo decenas de muertos.
Hegseth dijo este viernes que Estados Unidos había llevado a cabo un ataque nocturno contra un barco que, según dijo, era operado por un cártel de la droga y contrabandeaba narcóticos en el Caribe. Según el ministro, murieron seis personas, eleva el número total conocido de barcos atacados a 10 y el número de personas muertas a 43 desde que Estados Unidos comenzó su campaña el mes pasado.

«El más grande del mundo»
El Ford, un portaaviones «primero en su clase», es promocionado por la Marina como “el buque de guerra más grande jamás construido en el mundo”.
Se encuentra actualmente desplegado en el mar Mediterráneo junto con tres destructores. Es probable que los buques tarden varios días en llegar a Sudamérica.
El despliegue del portaviones supone una importante escalada del poder militar en una región que ya ha experimentado un aumento de tropas estadounidenses inusualmente grande en el mar Caribe y frente a las costas venezolanas. Estos días EE.UU. realizará también ejercicios militares con Trinidad y Tobago, muy cerca de Venezuela, con un buque de guerra y un cuerpo de marines. Este domingo el destructor USS Gravely atracará en Puerto España.
El envío de un portaaviones es la señal más fuerte hasta ahora de que la administración Trump prevé expandir los ataques aéreos que hasta ahora se han limitado a golpear embarcaciones pequeñas a otros objetivos en tierra, en lo que los funcionarios han dicho que es un esfuerzo por destruir las operaciones de contrabando de drogas y desestabilizar al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
Un portaaviones permitiría a los comandantes llevar a cabo ataques aéreos a un ritmo más alto y acortaría la distancia que los aviones estadounidenses tendrían que volar para alcanzar objetivos en tierra.
“Si bien Estados Unidos ya ha llevado a cabo ataques militares contra supuestas embarcaciones de narcotraficantes en el mar Caribe, los bombardeos y vuelos de cazas estadounidenses frente a la costa venezolana, más el envío del portaviones, constituyen provocaciones que bien podrían considerarse ensayos para una misión que ataque objetivos dentro del país. Esto es mucho más probable que una invasión a gran escala, dada la magnitud de las fuerzas navales estadounidenses en la región”, dijo a Clarín John Polga-Hecimovich, profesor de Ciencias Políticas de la Academia Naval de Estados Unidos, experto en América latina.
El analista advirtió igualmente que “es difícil afirmar con certeza qué está sucediendo exactamente, porque el gobierno de Trump parece estar improvisando gran parte de su planificación sobre la marcha”.
Para Eduardo Gamarra, profesor de Política y Relaciones Internacionales de la Florida International University, el movimiento del USS Gerald R. Ford “puede anticipar que EE.UU. está dejando abierta la opción de acciones militares más amplias hacia Venezuela, o al menos una presión militar significativa al régimen”, según dijo a Clarín.
Sin embargo, señala, “no parece (por ahora) que haya una confirmación de que una invasión o entrada terrestre masiva sea inminente. Más bien parece una combinación de disuasión, amenaza potencial, acumulación de capacidad y preparación de opciones”.

La fuerte acumulación de fuerzas ha planteado dudas sobre las intenciones del presidente. La administración Trump dice que está tratando de interrumpir el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Muchos, sin embargo, ven los ataques como una fuerte presión sobre Maduro, quien enfrenta cargos penales en Estados Unidos y tiene una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
Maduro, que se mantuvo en el poder a pesar de haber perdido las presidenciales el año pasado, respondió con su propia demostración de fuerza, enviando soldados a la costa para ejercicios defensivos.
Dudas sobre la legalidad de los ataques
El presidente Trump sigue adelante con su ofensiva, a pesar de que enfrenta cuestionamientos por la legalidad de sus ataques a las embarcaciones. Afirma que su guerra contra las drogas es un problema de seguridad nacional.
«Bajo la administración Trump, finalmente estamos tratando a los cárteles como la principal amenaza a la seguridad nacional que realmente son», dijo el jueves en la Casa Blanca.
La retórica bélica estos días ha aumentado drásticamente. «No creo que necesariamente vayamos a pedir al Congreso una declaración de guerra”, dijo Trump. “Nuestro objetivo es eliminarlos». «Simplemente vamos a matar a las personas que traen drogas a nuestro país. Vamos a matarlos. Van a estar muertos».
Trump ha indicado que lo próximo será una operación terrestre. «La tierra será la siguiente», dijo el jueves sin ofrecer una ubicación específica. «Lo verán pronto», afirmó a la prensa.
El gobierno del republicano ha señalado a Maduro como líder del Cártel de los Soles y también dijo que el Tren de Aragua, una organización que EE.UU. ha declarado como terrorista, opera “directamente bajo el control del régimen venezolano”. También hubo presentaciones en el Congreso en el que se acusó al régimen de albergar a terroristas de Hezbollah.
El ministro Hegseth ha dicho: “Nuestro mensaje a los cárteles es: los trataremos como tratamos a AlQaeda, como al ISIS”.
El senador republicano Lindsay Graham aseguró que “Venezuela es candidata para una acción militar estadounidense”. “Ya es hora de que Maduro se vaya”.
Fuente: Clarín





