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Sin PASO, los partidos políticos pueden renacer pero no hay que entusiasmarse – Por. Daniel Salmoral

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DANIEL SALMORAL.- Aún sin PASO, el mapa electoral en Salta no se alterará profundamente.

Durante la semana, tanto Diputados como Senadores aprobaron, a pesar la fuerte argumentación en contra de la oposición, la suspensión de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para las elecciones provinciales del 16 de abril de 2023.

La idea no es nueva por cuanto el gobernador de la provincia, Gustavo Sáenz, hacía rato que había manifestado que había que suspenderlas para los próximos comicios al menos.

Obedientes, los diputados primero y los senadores luego, aprobaron a pie juntilla el proyecto que había surgido de su propio bloque, junto a la metodología que se usará para determinar cómo se hará la selección de concejales de toda la provincia, que ahora se elegirán por cuatro años, que en este primer período, ocuparán bancas la mitad por cuatro años y la otra por dos.

La decisión de dejar de lado las PASO, provocó un alto impacto político en Salta y obligará a que los candidatos de cada partido y frente electoral sean elegidos por cada espacio, generando con ello problemas en todas partes ya que hace rato que las estructuras partidarias están muertas o en «terapia intensiva».

De acuerdo a datos que se revelaron en la misma Cámara de Diputados durante la sesión del pasado martes, existirían en la provincia entre 80 y 100 partidos políticos, pero la mayoría están abandonados o con poca o nula vida interna, lo que dificulta determinar de qué manera se elegirán los candidatos/as.

La increíble cantidad de partidos que andarían dando vueltas por la provincia, indica que, en base a datos de la realidad, los más son «sellos de goma» que los dirigentes utilizan para negociar en beneficio propio o para un reducido número de parientes, alcahuetes y amigos.

Carlos «Tararira» Reynoso, histórico dirigente del PJ, comentaba con razón que si tamaña cantidad de partidos estarían «vivos», cada uno tendría que tener una considerable cantidad de afiliados que, sumados, superarían la cantidad de electores que tiene el padrón de la provincia, por eso es lógico imaginar que buena parte de ellos ya deben haber perdido la personería, es decir su status político.

Por eso, ya con la suspensión en marcha, primero los partidos y luego los frentes electorales, tendrán que apelar a las viejas maneras de hacerlo, es decir por medio de internas, convenciones o congresos, o lo que muestren las encuestas en lo que hace a preferencias entre unos y otros, o al «viejo y querido dedo», que como dijimos en columnas anteriores terminará empoderando aún más a los «capangas» de cada tribu partidaria.

Consultados por este Portal diferentes dirigentes de varios tinglados, incluidos los oficialistas, reconocieron que el escenario que se abre les provoca severos dolores de cabeza por diferentes razones.

Una de ellas es que hay poco tiempo para ensayar procesos internos, además que prácticamente ninguno tiene los recursos que hacen falta para llevarlos adelante, por lo que entonces la mayoría recurrirá a «consensos» o hará que las Convenciones o Congresos sean los que nominen, generando las obvias suspicacias que indican que quienes llegarán a las pantallas de votación serán los «bendecidos» por los capitostes de cada agrupación política.

«Nunca me gustaron las PASO pero tengo que aceptar que era la mejor manera para evitar los privilegios de los acomodados de siempre», afirmó un peronista que, sin embargo, recordó con honestidad intelectual  que en su partido fueron escazas las veces que hubo internas, porque la mayoría de las veces a los candidatos los eligieron Congresos realizados en lugares perdidos de la provincia, en días y horarios insólitos, con quórum dudosos y previamente acordados con los presidentes de turno.

Los denominados peronistas de base, mayormente contenidos en el Movimiento de Recuperación Justicialista, han dicho: «no aceptaremos que al PJ lo lleven como furgón de cola en un  frente macrista liderado por el gobernador Gustavo Sáenz» y además que tampoco se prestarán para que en nombre de su partido lleguen a las bancas legislativas nacionales, provinciales y municipales, «buscas y chantas que se dicen peronistas, pero cuando se sientan en sus bancas representan y defienden otros intereses menos los nuestros», sostuvieron con firmeza en las últimas horas.

Desde la UCR, en tanto, se difundió un documento con el siguiente texto: «Ante la inmovilidad de las autoridades de la Unión Cívica Radical de Salta, la falta de discusiones políticas respecto a los problemas de la sociedad salteña, y la incertidumbre respecto al futuro del partido en lo inmediato, distintos movimientos internos , y afiliados en general, preocupados por la situación descripta, nos autoconvocamos para el día sábado 3 de septiembre próximo, a las 10 hs. en la casa radical, de la calle MITRE 653, de Salta, para iniciar las acciones de convocatoria a la H. Convención Provincial, cuyo temario proponemos sea 1. Llamado a elecciones internas y electivas. 2. Levantamiento de sanciones a correligionarios. 3. Varios . La invitación está dirigida a todos los radicales salteños».

Con esto, los radicales se adelantan a las autoridades de su partido, que «siguen durmiendo la siesta», e intentan buscar un camino para evitar la «dedocracia», aunque a decir verdad pocos creen que haya margen y recursos para volver a hacer las históricas elecciones internas que la UCR supo recrear en la década del ’80.

En otros frentes, recién se están asimilando las nuevas reglas de juego por lo que seguramente durante la semana que se inicia este último domingo de Agosto, recién se conocerán posturas y estrategias aunque a decir verdad muchas alternativas no tienen.

Volver a los partidos

Si bien es cierto la suspensión de las PASO es noticia reciente, algunos se entusiasman que esta podría ser la oportunidad para recuperar la vigencia plena de los partidos políticos, tal como fuera cuando se recuperó la democracia a partir de 1983.

En esos años, los partidos se convirtieron en guaridas democráticas que contenían a miles de jóvenes de entonces que llenaban los Comités y las Unidades Básicas luego de los largos años de plomo de la dictadura genocida.

En ellos, legiones de hombres y mujeres que ahora peinan canas, aprendieron los primeros «palotes» de la Democracia, y abrevaron en las respectivas doctrinas generando entonces verdaderos soldados en defensa del Estado de Derecho y la Constitución Nacional.

Luego, con el correr del tiempo y las serias fallas de una dirigencia política oportunista que más de una vez bastardeó esos principios originales de los ochenta, los partidos tradicionales comenzaron a vaciarse y nacieron los «quioscos», porque dirigentes «enojados» crearon sus propias agrupaciones que sólo sirvieron para satisfacer ambiciones personalistas.

Ahora, frente a esta coyuntura, los partidos vuelven a ser tenidos en cuenta pero pocos creen que vuelvan a tener el esplendor de otros tiempos.

Habrá que ver en los días por venir que sucede con ellos y cómo se arman para enfrentar la importante elección que vendrá.

Es seguro, aunque no lo reconozcan abiertamente, que por ahora seguirá siendo el tiempo de los «dueños» de los partidos y sus preferidos para ocupar bancas, dejando la decisión soberana de los afiliados para otros tiempos que la mayoría intuye, están todavía lejanos.