DANIEL SALMORAL.- En la campaña, antes de asumir y durante largos meses tras su desembarco en la Rosada, Alberto Fernández apeló a la «herencia de Macri» para (intentar) justificar las dificultades de su gestión. Pero la carta, con anclajes reales en un principio, fue perdiendo valor. Como en una partida de truco, pasó de 7 bravo a ancho falso. Y cuando vuelve a usarla, al Presidente le creen cada vez menos.
Bastante de esto se refleja en la última encuesta nacional de Management & FIT (M&F) que Clarín adelanta este domingo y que muestra a Fernández con una alta desaprobación, mientras transcurre una nueva crisis política dentro del oficialismo. Es un estudio muy profundo, de 3.000 casos presenciales, relevados durante dos meses hasta fines de junio, antes de la salida de Martín Guzmán de Economía.
«La encuesta muestra una foto muy detallada ya que son 3.000 casos, todos presenciales, a lo largo de todo el país. A la luz de los hechos de hoy, es la foto que nos muestra en que contexto de la opinión publica se desencadenó esta crisis política», asegura la analista Mariel Fornoni, a cargo del estudio.
M&F es una consultora con larga trayectoria en el mundo de la política y que hoy tiene entre sus clientes a los gobiernos de Córdoba, Santa Fe y CABA. Dos peronistas moderados (Juan Schiaretti y Omar Perotti) y un macrista también dialoguista (Horacio Rodríguez Larreta).
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EEntre otras cosas, el estudio plantea esta pregunta: «Respecto a la gestión de Mauricio Macri, ¿cómo cree que se encuentra el país?». El 29,4% responde «igual de mal». Y el 48,8% (porcentaje más alto) asegura que «empeoró». La mirada negativa, así, se acerca a los 80 puntos. Chau efecto herencia.
Antes de ese planteo, se interrogaba directamente sobre la «situación general del país», sin aditamentos ni comparaciones. Los números fueron peores aún para el Gobierno, con una negatividad del 83%: el 21,1% dijo «regular negativa», el 39% «mala» y el 22,9% «muy mala». Cuando se detallan los resultados por grupos etarios, el rechazo supera el 85% entre los mayores de 40.
Dudas (muchas) con lo que viene
Acaso tan preocupante o más que la mirada retrospectiva, son las expectativas de la sociedad respeto a lo que viene. Si bien las cifras en rojo bajan un poco, siguen en rangos muy altos. «¿Cómo cree que será la situación general del país dentro de un año?», pregunta M&F. El pesimismo toca los 70 puntos.
El 26,1% considera que será «igual de mala» y el 44,3%, «peor». El pesimismo, en este caso, toca su techo entre los encuestados de nivel económico medio y alto.
Previsiblemente, con estos números como antecedentes, cuando se consulta sobre la gestión del Gobierno nacional también prevalece el rojo.
– El 64% desaprueba la gestión de Alberto Fernández, con picos del 66,6% entre los hombres y 70,5% entre los de nivel económico alto.
– El 67% evalúa la gestión de manera negativa: 20,3% «regular negativa», 30,7% «mala» y 16,1% «muy mala». Los más críticos son los sectores medios y los mayores de 40.
Por último, cuando se analiza las imágenes de los principales dirigentes del oficialismo y la oposición, el Presidente queda con un diferencial negativo de 28,4 puntos: 47% de rechazo contra apenas 18,6% apoyo.
Mirada de analista
A pedido de Clarín, Fornoni, directora de M&F, destacó los datos más salientes del trabajo:
«Más de 8 de cada 10 tienen una visión negativa de la situación general del país y además 7 de cada 10 tienen una visión negativa de las expectativas a futuro. Fundamentalmente esto se basa en que la gente entiende que el Gobierno no tiene capacidad de gestión para resolver su principal preocupación que es la economía y más específicamente la inflación».
«La preocupación por la inflación no tiene grieta ya que no hay diferencias significativas entre quienes votaron a Alberto Fernández o no lo votaron, entre jóvenes y adultos y entre diferentes segmentos socioeconómicos. En este contexto se desencadena esta crisis provocada, que sólo profundiza el quiebre del Frente de todos y con ello la confianza y la expectativa que puede generar«.
«Cristina y Alberto no se van a poner de acuerdo porque no se quieren poner de acuerdo. Hoy parecería que el único punto de encuentro entre ellos es que ambos piensan que al nuevo ministro de economía lo tiene que elegir el presidente. Cristina, porque no quiere verse involucrada y hoy pretende aparecer como opositora; y Alberto, porque teme que, si deja que la vicepresidente designe al ministro, éste podría romper el acuerdo con el fondo».
Fuente: Clarín
