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La reforma judicial genera tensión en los sectores más duros del kirchnerismo – Por: Ignacio Ortelli

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El proyecto de más jueces, que licuará el poder de Comodoro Py, genera debate en el seno de la alianza gobernante.

«Va a estar difícil: cuando hizo el anuncio, la oposición lo aplaudió tanto ó más que los propios». Uno de los dirigentes de peso del oficialismo sintetizó con crudeza -y tal vez algo de exageración- las complicaciones que podría encontrar en el Congreso la ambiciosa reforma judicial que anunció Alberto Fernández​, en la apertura de sesiones ordinarias.

Alberto F. sorprendió a sus propios funcionarios al adelantar en su discurso, al que terminó de escribir de madrugada, ejes centrales de la reforma que tiene en su mente para licuar el poder de Comodoro Py. Es que a pesar de que en la previa se había especulado que no daría mayores detalles, a partir de esa tensión que ya e vibraba en el oficialismo, el jefe de Estado precisó que se “unificará a fueros penales (juzgados) que hoy tienen jurisdicción en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires”.

Y anticipó que “los delitos contra la administración pública en los que incurran funcionarios del Estado Nacional, dejarán de estar en manos de unos pocos jueces, para pasar a ser juzgados por más de medio centenar de magistrados”.

La ampliación de la jurisdicción fue una de las banderas del plan que había propuesto el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; cuando en 2004, antes de dejar el poder por su disputa con el espía Jaime Stiuso, impulsó la unificación de los fueros Penal Federal, Penal Ordinario y Penal Económico. Por eso, no bien el jefe de Estado confirmó su propuesta, el silencioso funcionario fue observado como el vencedor de la batalla. “Esto es Beliz puro”, era la coincidencia en el Congreso tras el mensaje presidencial.

La ministra de Justicia, Marcela Losardo, también recibió un guiño del jefe de Estado, con el anuncio de “la puesta en marcha del nuevo sistema acusatorio penal”. Pero Losardo, ya en sintonía con la voluntad de su poderoso número 2, el secretario Juan Martín Mena; la voz y los ojos de Cristina Kirchner en esa cartera; quería una reforma menos audaz pero más terrenal y aplicable. Por otro lado, el planteo que hacen los sectores más duros del kirchnerismo es concreto: luego de que Macri designara 300 jueces, la reforma le abre el juego a magistrados que políticamente tienen una «deuda» con el ex Presidente. En esa misma línea, enmarcan la promesa de Alberto F. de consolidar la autonomía de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, un viejo anhelo del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ahí se explica también que consideren que la reforma es demasiado generosa con la oposición.

Y advierten que de concretarse podría tener un impacto concreto en el desarrollo de la actual gestión. “No garantiza para nada que se termine con el lawfare”, puntualizó uno de los hombres que aportó en la discusión interna.

Esto, sumado al dato de que la eliminación de los regímenes especiales desató un aluvión de pedidos de jueces para acceder a sus jubilaciones, gana terreno entre quienes tendrán que darle impulso al proyecto en el Congreso. «La verdadera reforma es la eliminación de las jubilaciones de privilegio», remarcan. Y exponen que el escenario que se abre en Comodoro Py le permitiría al Gobierno negociar con mayor comodidad «que con 50 jueces».

Por otra parte, no son pocos los legisladores que ya recibieron mensajes de los jueces que siguen con preocupación la injerencia de Beliz en el tema. El riesgo a que la reforma se empantane allí es alto. «Vamos a analizarla muy bien», confió, enigmático, un diputado de renombre del Frente de Todos.

“Ese es el costado alfonsinista de Alberto”, rezongaba ante este diario una importante voz del oficialismo al repasar una frase del Presidente que pareció ser más hacia adentro que para la oposición, cuando comprometió su palabra de avanzar con la reforma y no interferir en la Justicia: «Queremos desterrar para siempre las componendas entre el poder político y el Poder Judicial, sean del color partidario que sean». En ese contexto se enmarca la primera aparición mediática de la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, una albertista incondicional, quien este domingo a la noche concedió una entrevista en C5N para defender la reforma.

El proyecto, por lo pronto, todavía no está listo para ser girado, repiten fuentes de Presidencia: «En los próximos días», aseguran. Falta, admiten, la última mirada fina del jefe de Estado. ¿Habrá cambios de último momento? La gran incógnita gira en torno a la postura que adoptará Cristina: por su influencia directa en las principales espadas legislativas, tiene la llave para apuntalar -ó derribar- los deseos del Presidente.

Fuente: Clarín