Inicio Editorial Hechos políticos llamativos despiden Octubre en Salta – Por: Daniel Salmoral

Hechos políticos llamativos despiden Octubre en Salta – Por: Daniel Salmoral

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DANIEL SALMORAL.- En la última semana del décimo mes del año, hubo en la provincia cuatro hechos políticos llamativos que comienzan a acomodar lo que será el armado para el proceso electoral de mayo/23. Veamos.

Carlos Zapata, el presidente de Ahora Patria, anunció en la semana que irá por la gobernación de Salta con el apoyo de Alfredo Olmedo, y le imprimió acción al frente político que ese partido comparte con el PRO y la UCR, que no realizaron comentarios, hasta ahora, ante el anuncio «zapatista».

Ese fue un hecho importante en materia política, pero no el único, ya que Manuel Santiago Godoy, el «Indio» con sus fuertes declaraciones en el programa «7 PM», también generó movimientos en el espacio del Frente de Todos en la provincia.

Godoy sostuvo, entre otros comentarios picantes, que el espacio K en Salta «no existe, es una en entelequia, por eso hay que armarlo para recién mostrarse como una alternativa electoral a Gustavo Sáenz», reconociendo que existen en el sector ideas y figuras políticas capaces de hacerlo.

Sus declaraciones, sirvieron además para «blanquear» actitudes de algunos dirigentes de ese ámbito que buscan caminos que los conduzcan al Gobernador para hablar con él.

«No se puede buscar hablar con Gustavo (Sáenz) de manera individual porque eso se presta a pensar que se están buscando acuerdos personales. De nada sirve que yo lo haga y que Gustavo me diga ‘Vení Indio hablemos’ porque eso no ayuda a la construcción de un espacio opositor», dijo el ex presidente de la Cámara de Diputados y concluyó el tema afirmando que una vez constituido el frente político, recién se podría pensar en hablar con Sáenz para trabajar en la idea de crear un movimiento provincial que defienda los intereses de la provincia y la región. «Hacerlo de manera individual ahora sin un espacio político propio sólido no sirve», definió de manera contundente el histórico dirigente político salteño ahora trabajando en su novel partido «Igualar», y ya alejado del PJ.

Estos hechos, sumados al revuelo que causó el discurso del presidente del Comité Capital de la UCR, Rubén «Chato» Correa en plena Convención cuando dijo que «Juntos por el Cambio en Salta se podía ir a la p… que lo p…», generó que la alianza vernácula sufriera los efectos de una declaración de ese tipo.

Paralelo a ello, puertas adentro del radicalismo, lo sucedido en la reunión del sábado pasado provocó la reacción esperada en la dirigencia no oficialista, quien se sintió traicionada porque no se cumplieron los acuerdos alcanzados en los días previos al encuentro.

«Antes de la Convención habíamos acordado con Miguel (Nanni) que se considerarían temas importantes como levantarle la sanción a algunos que estamos castigados, injustamente, por plantear nuestras diferencias con la conducción en la pasada elección, y también que se discutiría más ampliamente la forma de selección de candidatos del partido, inclusive hablamos de buscar un camino para elecciones internas, pero nada de eso se cumplió. Cómo respuesta a eso, tenemos que se creó una Mesa de Enlace conformada por tres tipos, él incluido, que elegirán a todos los candidatos del partido en la provincia y eso nos parece una barbaridad. Otra vez Nanni se llevó todo por delante y se mostró en la reunión como el capanga de un grupo de lúmpenes a los que maneja como se le da la gana. Lo que pasó el sábado pasado es inaceptable. Hablamos antes para darle al partido en Salta un verdadero volumen político, pensando en la elección presidencial del año que viene, pero Nanni se volvió a manifestar tal cuál es: un tipo de corta estatura física y política», fue el comentario lapidario que le dejó al Portal un reconocido dirigente radical.

Ante esto, sólo queda esperar que el centenario partido en la provincia corra en tres diferentes direcciones: en la que marque Nanni; la que indique Correa y el resto hará un especie de «sálvese quien pueda», llevando sus ideas y militancia hacia otras direcciones.

«Después de lo que pasó en la Convención, ya hay varios dirigentes y militantes radicales haciendo un acampe en la plaza de ingreso al Grand Bourg, esperando que el propio Gustavo (Sáenz) o el Loro Outes o Antonio Hucena los reciba, para ofrecer sus servicios políticos», comentó un triste y a la vez enojado radical noches pasadas, en ese santuario de la política que es el Bar Tribunales.

En el resto de los tinglados políticos, se llevan adelante charlas y discusiones de elevado tono, porque el tiempo urge y nadie quiere quedar afuera por lo que ahora que llega noviembre, los encuentros y desencuentros se intensificarán porque todos necesitan, antes de fin de año, estar medianamente «ubicados» en alguna lista, aunque sepan que en verdad en los primeros meses del año nuevo, habrá que volver a discutir todo.

«En este tiempo todo es precario, lo sabemos, pero ahora tenemos que hacer ruido por lo menos, sino el año que viene nadie se acordará de nosotros y quedaremos al margen para siempre», argumentaba un cuarteto dirigencial pejotiano que compartía esperanzas y un café en Mitre y Rivadavia.

Además, y no como un dato menor, hay que decir que si bien no toma cuerpo todavía, un par de actuales legisladores provinciales y municipales oficialistas, que terminan su mandato a fines del año venidero, buscan reunirse con alguna autoridad importante de la CAP para pedir que apoyen su reelección en 2023.

De acuerdo a lo que contaron al Portal, el argumento que usarán para que sean escuchados es que «cumplieron a rajatablas las instrucciones que recibieron de sus jefes políticos», por lo tanto son merecedores de continuar por otro período, al menos, en la labor legislativa. ¿Los escucharán?…

Vaya uno a saber, como se dijo varias veces, «son muchos los diablos y poca el agua bendita».

Un viejo dirigente que supiera ser una especie de «gurú» de la política salteña, siempre dijo que la única forma de asegurarse un espacio al amparo del poder, es haciendo lo siguiente: escuchar todo; hablar poco; y aceptar indicaciones y cumplir ordenes sin objetar nunca nada, siempre.

Si se observa el escenario dirigencial actual y la crisis que ataca a todos, seguro que habrá varios/as «voluntarios/as» que estén dispuestos/as a cumplir con estas «recomendaciones» básicas.