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El Vaticano comenzó con el inédito y masivo funeral del papa emérito Benedicto XVI

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Lo oficiará Francisco el jueves en la basílica de San Pedro. Pero las ceremonias se inician este lunes. Los detalles.

DANIEL SALMORAL.- El papa emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años, será despedido por los fieles y por su sucesor, Francisco, durante esta semana, con una capilla ardiente de tres días y un funeral solemne en la plaza de San Pedro.

Los ritos empezarán este lunes, cuando los restos del pontífice alemán sean expuestos en una capilla ardiente de tres días en la basílica de San Pedro del Vaticano para que puedan despedirse los fieles.

El jueves, el Papa Francisco presidirá los solemnes funerales de su predecesor desde las 9.30 (las 5.30 en la Argentina) en la basílica de San Pedro en el Vaticano, un hecho sin precedentes en más de 600 años debido a la revolucionaria decisión de Benedicto XVI, el gran teólogo alemán Joseph Ratzinger, de renunciar el 28 de febrero de 2012, hace casi una década.

Ratzinger falleció de vejez a las 9.30 de este sábado tras un rápido deterioro de su ya frágil salud desde la Navidad, en su habitación del primer piso del Monasterio Madre de la Iglesia en los jardines vaticanos.

Su cuerpo está siendo trasladado a la vecina Basílica de San Pedro. Este mismo sábado comenzarán los preparativos para vestirlo con los parámetros de pontífice.

También arribarán los especialistas de la familia romana Signaracci, que desde junio de 1963, cuando falleció de un cáncer al estómago Juan XXIII, se encargaron de embalsamar los cuerpos de los pontífices.

El proceso de momificación se realiza, tras extraer la sangre del cuerpo, con una solución que es una mezcla de formol, agua y productos químicos, además de conservantes, fijadores, germicidas y colorantes similares al color sanguíneo.

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El embalsamamiento de los pontífices fallecidos es una tradición milenaria en la Iglesia católica.

La capilla ardiente de Benedicto XVI tendrá lugar desde este lunes 2 de enero en la basílica de San Pedro del Vaticano y el cuerpo permanecerá para un último adiós de los fieles hasta el 4 de enero.

Protocolo sin precedentes

Los protocolos del Vaticano para los funerales carecen de precedentes, porque es único el caso de un Papa emérito, cuyos funerales serán realizados con la presencia de su sucesor, por lo que no llegará después el momento de los cardenales electores presentes en las reuniones previas al Cónclave para elegir al 267 Papa de la historia.

Este mismo sábado se estaba decidiendo como serán los solemnes funerales respetando la voluntad de Joseph Ratzinger de que también sean sobrios.

Ha muerto un Papa y la Santa Sede, que es también un Estado que mantiene relaciones con 197 países, recibirá para los funerales las delegaciones de alto nivel de muchos países, incluída la Argentina.

El portavoz vaticano, Matteo Bruni, explicó tras anunciar el deceso del Papa emérito, que Ratzinger recibió la extrema unción el miércoles en el monasterio Marer Ecclesiae.

Bruni dijo que se aceptó la voluntad de Benedicto XVI, que pidió explícitamente que todas las ceremonias de sus funerales se realizaran bajo el signo de la simplicidad.

El liturgista padre Claudio Magnoli, consultor de la Congregación para el Culto Divino, dijo que la única diferencia que notaba respecto a los tradicionales ritos a un Papa muerto es que el mientras los funerales son presididos por el decano de los cardenales, en este caso  del fallecimiento del primer Papa emérito de la historia, podrían ser presididos por su sucesor, Papa Francisco.

Tras los funerales, el féretro será llevado a las grutas vaticanas donde se encuentra, 30 metros bajo el pavimento de la Basílica Pontificia del Vaticano, el cementerio de los papas, cercano a la tumba de San Pedro, el primer obispo de Roma.

Dos tumbas y una incógnita

En este lugar debe ser sepultado el Papa Emérito y hay una punta de misterio. ¿En cuál? Porque hay dos sepulturas que pueden acoger sus restos. Está el célebre nicho donde sucesivamente estuvieron los cuerpos de Juan XXIII y Juan Pablo II.

Ambos fueron proclamados santos en distintas fechas por el Papa Jorge Bergoglio y sus restos trasladados a tumbas ubicadas en la basílica de San Pedro.

La renuncia de Benedicto XVI en febrero de 2012 creó el problema: no podía haber solo una tumba cuando los papas eran dos. Fue construido entonces un sarcófago que se encuentra cercano.

Al parecer Joseph Ratzinger manifestó entre sus últimos deseos la voluntad de ser sepultado en la tumba célebre que albergó a Juan XXIII y a Juan Pablo II.

Pero también Francisco habría expresado al arcipreste de la basílica de San Pedro su deseo de ser sepultado en esa ya célebre tumba.

Vaticano, corresponsal

Fuente: Clarín