Inicio Opinión Educando a nuestras bestias. Hoy: economía – Por: Alejandro Borensztein

Educando a nuestras bestias. Hoy: economía – Por: Alejandro Borensztein

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DANIEL SALMORAL.- Antes que nada, un comentario deportivo: gran gol de Luana Volnovich para empatar el partido contra JxC. A fin de año, la oposición estaba 2 a 0 arriba con goles de la diputada Brouwer (UCR) en Miami y el diputado Álvaro González (PRO) en Alemania. Descontó para el kirchnerismo el diputado Luis Rubeo con esa exquisitez de gol en las Islas Maldivas y ahora Volnovich, con su genialidad en Cancún, puso el 2 a 2 parcial en el partido por la Copa “Dirigentes rascándose el higo durante la mayor crisis de la historia argentina”. Yo sé que es un nombre un poco largo pero “Copa Domadores de Reposeras” iba a generar reclamos.

Aclaremos también que, según el VAR, el viaje a las playas cubanas del ministro Ferraresi no vale como gol porque no fue a rascarse el higo sino a comprometerse con la revolución chavista. Es otra cosa. La malla y el protector solar que le encontraron en la valija estaban por las dudas nomás. Por ahora el partido sigue 2 a 2 con final abierto.

El affaire “Luana en Cancún” (lindo título para telenovela mexicana) nos deja otro mensaje: terminar con el machismo. Todos le caen a la directora del PAMI porque es mujer, pero seguramente el que insistió para viajar al Caribe es Martín Rodríguez, el tipo de La Cámpora que está con ella en el video y que, no solo es el novio, sino que además es el vicedirector del PAMI.

Si bien estos dos salames son igualmente responsables de que nuestros jubilados tengan que esperar una semana para que les manden un traslado en ambulancia o seis meses para que les pongan un stent, es obvio que el que tiene cara de “dale Luana, rajémonos a Cancún y que los viejitos esperen” es él. Veremos cómo sigue.

Para cerrar el tema y aprovechando que en la clase de hoy están nuestras queridas bestias peludas (por Zoom), vamos a explicar algo sencillo: todo dirigente que asume la representación de la sociedad (legisladores) o que ejerce cargos de alta responsabilidad (presidente, vice, gobernador, ministro, etc) o que pretende hacerlo en el futuro (líderes opositores) no se pueden tomar ni un día de vacaciones mientras el país esté atravesando una crisis como la actual. Lamento mucho pero esto es así.

Un pueblo sometido a 50% de inflación, 45% de pobreza, más de 300% de devaluación en dos años (de 60 mangos a 210), 120.000 muertos por COVID y 130.000 contagios por día, 40 grados de calor y cortes de luz a toda hora no puede tener dirigentes veraneando en la Patagonia, en la costa o en Cancún. ¿Se imaginan a Churchill tomando sol en las Bahamas mientras Hitler bombardeaba Londres? Esto es igual y al que no le gusta que se vaya a laburar al sector privado o que anuncie su retiro de la política y chau. Anótenlo, es la primera lección del día. La segunda es de economía.

Usted dirá amigo lector, ¿qué sabemos nosotros, los vulgares ciudadanos, de algo tan complejo como la economía? Obviamente nada pero ellos, las bestias peludas que nos conducen, tampoco. Y lo vienen demostrando hace décadas. Esta semana clavaron 50,9% de inflación anual y encima el “presidente” celebró diciendo esperemos que esta senda descendente se mantenga”. Posta. Hubiéramos dicho que lo dijo abombado por la ola de calor si no fuera que dice las mismas cosas cuando hace frío.

Antes de iniciar la clase de economía, vamos a chequear si nuestros dirigentes saben algo de matemáticas. Hagamos un simple ejercicio. Si le encontraron 16 departamentos en Miami y 2 en Nueva York, la pregunta sería: ¿cuántos departamentos en el exterior tenía Muñoz, el secretario de Néstor Kirchner? Correcto, 18 unidades. Saben sumar. El debate sobre si esas propiedades fueron compradas con su sueldo, con plata choreada en el cargo o era un simple testaferro de uno que todos sabemos, no tiene nada que ver con las matemáticas y lo discutiremos en la clase de Educación Cívica. Ahora vayamos a la economía.

Supongamos que usted, amigo dirigente, va a la rotisería de Quique y Tito y, justo cuando está llegando, ve salir felices a Videla, Massera y Firmenich con dos docenas de empanadas que compraron para festejar el aniversario del indulto otorgado por aquel gobierno que no recuerdo bien de qué partido era. Y encima está Quique despidiéndolos en la puerta y regalándoles una botellita de sidra para el evento. ¿Entraría usted a esa rotisería o buscaría otra?

Lo primero que un dirigente debe saber, en este caso los dirigentes kirchneristas, es que si vos apoyás a dictadores criminales como Daniel Ortega y avalás con tu presencia y tus políticas a iraníes acusados del atentado a la AMIA como acaba de hacer el gobierno de Alberto en Nicaraguainexorablemente al final del camino te vas a quedar sin luz. Es lógica pura. Si el político hostiliza el capitalismo se aleja, la inversión desaparece, la producción se deteriora y finalmente, cuando llega el calor, se corta la luz.

Si encima regalás la energía te vas a pasar la vida tirando las milanesas freezadas a la basura y dedicándoselas a Cristina, responsable absoluta de la política energética de los últimos 19 años.

Ahora imaginemos que Tito, harto ya de Quique, decide hacerse cargo de la rotisería porque dado el descontrol que hay en la caja, el choreo y las relaciones sospechosas de su socio, el negocio está quebrado. Entonces Tito va a ver al suegro de Quique, el viejo Sambucetti que es el que tiene la guita, y le pide unos mangos para cambiar el funcionamiento de la rotisería, cubrir la pérdidas, pagar las deudas, ordenar las cuentas, terminar con el choreo y modernizar el boliche. Lo mismo que hizo Macri.

El viejo Sambucetti le dio la guita a Tito porque siempre pensó que ese pibe era mucho más piola que su yerno Quique. Pero después de un tiempo se dio cuenta de que Tito, en lugar de hacer los cambios prometidos, se la pasó boludeando, nunca quiso acordar nada ni con su socio ni con nadie y el negocio siguió cada vez peor. Como le pasó a Macri.

Cuando Quique lo corrió a Tito y retomó el control de la rotisería, lo fue a ver a su suegro que le reclamaba la guita prestada a Tito. El viejo Sambucetti, cansado de estos dos idiotas, lo miró fijo y le dijo: “pibe, traeme un bisnesplan para entender cómo me la vas a devolver”. Mango más mango menos, lo mismo nos está diciendo el Fondo Monetario Internacional.

¿Hace falta presentarle un plan al FMI? Si, pero mucho más importante es presentarle un plan a los argentinos y al mundo. Eso es lo que nunca hizo Quique (así le fue) ni Tito (así le fue) ni otra vez Quique (así le va), que sigue siendo el mismo inútil de siempre. O la misma inútil de siempre.

Si un empresario llega a Ezeiza con una valija llena de dólares y va al mostrador de Informes nadie sabrá indicarle cuáles son los asuntos en los que la Argentina ha acordado políticas de Estado. Para peor, posiblemente en Ezeiza lo espere el Pata Medina en un AUDI A4 al grito de “combatiendo al capital” abrazado con Máximo que habrá ido a recibir a Luana proveniente de Cancún o a despedir a Alberto que en dos semanas viaja a China, pero antes va a Moscú para reunirse con Putin justo cuando Rusia está a punto de invadir Ucrania y enfrentar a la OTAN.

Casualmente el tipo que está negociando con Putin para evitar la crisis militar global es el Asesor de Seguridad de EEUU Jake Sullivan. El mismo al que “el Canciller” Cafiero le está pidiendo de rodillas que lo reciba esta semana para pedirle que influya sobre Joe Biden y nos ayude con el FMI. Así de geniales son nuestras bestias peludas. El viejo Sambucetti la vio antes y no pierde más tiempo. Ya está haciendo negocios con rotiseros de otros barrios.

Explicar que el kirchnerismo es hostil al capitalismo, que ni gobierno ni oposición lograrán nada sin profundos acuerdos políticos y que sin esos acuerdos no habrá confianza y por ende no habrá inversiones ni crecimiento ni trabajo ni nada, es agotador. Pero es imprescindible.

Queridos dirigentes, terminó la clase de hoy. Les dejo dos simples preguntas como tarea para el hogar. ¿Qué histórico suceso ocurrió el 17 de septiembre de 1978 en los jardines de Camp David? ¿Por qué corno ustedes son absolutamente incapaces de intentar algo parecido?

Ahora sí, pueden salir al patio y jugar un ratito a la guerra civil que tanto les gusta. Blancas palomitas.

Fuente: Clarín