DANIEL SALMORAL.- Escribo esta carta con la esperanza de que la pausa del fin de semana largo, haga «bajar» de la ruedita ininterrumpida de la pelea por el poder, al Presidente, a su vice y también a los gobernadores feudales de la Argentina como Santiago del Estero y Formosa, entre otros.
Lo hago con la tímida expectativa de que se dejen de mirar el ombligo. Que se detengan en la foto de Abigail, la niña de 12 años aferrada al cuello de su padre, Diego Jiménez, tratando de llegar a su casa de Termas de Río Hondo, después de una sesión de terapia contra el cáncer, realizada en el Hospital Niño Jesús, de Tucumán, luego de que un policía le impidiera ingresar con su vehículo, cumpliendo una orden emanada directamente del gobernador Gerardo Zamora.
Si no encuentran la foto, busquen el dibujo. Lo hizo el artista tucumano que se hace llamar Maldita Comadreja. En muy poquitas horas, se transformó en un símbolo nacional.
Nuestro mensaje para el Presidente es sencillo y directo: los argentinos esperábamos que usted, a tono con su investidura, criticara abiertamente el protocolo sanitario de Santiago del Estero.
Los argentinos no necesitábamos que su Gobierno, a través de su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pusiera en el mismo plano la imagen de Abigail con lo que llamó la «mezquina utilización política que se quiere hacer de esto».
Todos sabemos que los campeones mundiales del uso político del dolor y la tragedia están en el Frente de Todos. Que algunos de sus dirigentes, hicieron del caso Santiago Maldonado, un vil instrumento de campaña para demonizar a Mauricio Macri, la entonces ministra Patricia Bullrich, y la gendarmería Nacional.
Hay una triste imagen de Cristina dentro de una iglesia junto al intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, sosteniendo una foto de Santiago Maldonado.
Y hay otra de Santiago Cafiero junto a su familia, con la imagen de Maldonado, reclamando su aparición con vida, y dando por sentado que se trató de una desaparición forzada. A esta foto no la vamos a mostrar, porque ningún niño debería ser expuesto así. Tampoco los hijos de Cafiero.
Pero el uso y abuso que hicieron de Maldonado, superó todos los límites. Abuso que incluyó, por ejemplo, la orden de la cúpula la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) para adoctrinar a niños, cuando todavía nadie tenía en claro que era lo que había pasado con el artesano.
Fíjese qué paradoja, señor presidente: ahora sí que se buscan desaparecidos en democracia. Personas a las que habrían asesinado y torturado, las policías bravas de las provincias de gobernadores feudales.
Gobernadores a los que usted pone de ejemplo, como Gildo Insfrán, quien lleva un cuarto de siglo en el poder y aspira a gobernar hasta el año 2025. ¿No es para evitar este tipo de cosas que usted eligió, señor presidente, abrazar la política?.
Pero volvamos al poder real. Hablemos de usted y de su vicepresidenta. Hablemos, por ejemplo, del brutal ajuste a los jubilados que quieren tapar con cortinas de humo, como el impuesto a los grandes patrimonios. Impuestazo que podría generar, según declaró el recientemente fallecido banquero Jorge Brito, un principio de rebelión fiscal, inédita en la Argentina.
Hablemos con la verdad: los jubilados acaban de perder entre el 10 y el 35% de sus ingresos, con la fórmula que acaban de anunciar.
Hablemos de Cristina descansando en su casa de El Calafate, muy lejos de Abigail, fogoneando las últimas maniobras para la designación de un Procurador a medida. Es decir: un jefe de los fiscales, con patente de corso para perseguir a periodistas, intentar meter presa a dirigentes como Lilita Carrió, y protegerse a ella misma. La misma vicepresidenta sobre la que pesan una decena de causas abiertas, por graves hechos de corrupción que la encuentran procesada como jefa de distintas organizaciones criminales.La AFIP permite a Máximo Kirchner pagar una deuda de $2 millones en ocho añosHablemos del pacto de impunidad y venganza para Cristina, en el medio del peor año de gestión desde la vuelta a la democracia, con estadísticas y situaciones que no pueden ser peores, a saber:
- Casinos funcionando a pleno, mientras las escuelas, el Parlamento y la justicia siguen paralizados, o a media máquina, mientras esperamos la vacuna salvadora.
- Argentina como el cuarto país del mundo, con más cantidad de muertes cada millón de habitantes, solo detrás de Perú, España y Bélgica.
- Una caída del PBI, para este año, de cerca de 12 puntos; el triple que Paraguay y Uruguay, y el doble que Brasil y Chile.
- Un aumento de la pobreza de más de 10 puntos, muy cercano al 50 por ciento de la población económicamente activa, cuatro veces más que Brasil Paraguay y Uruguay, y el doble que en Bolivia y Chile.
- Con un dólar que hasta las PASO valía 44 pesos y ahora no se consigue por menos de 160 pesos.
- Un déficit fiscal, que terminará en cerca del 10 por ciento del PBI.
- Con un endeudamiento récord, de más de 20 mil millones de dólares (el mismo endeudamiento al que usted denominó fuga de capitales y que ahora usan para bajar el blue, por unas cuantas semanas).
- Con una desocupación récord de más del 13 por ciento, pero que cuando todos salgan a buscar trabajo, podría llegar hasta el 30 por ciento.
- Con miles de presos liberados con el argumento del COVID. Liberados que en muchos casos salieron a robar y a matar, en especial en la provincia de Buenos Aires, donde Cristina reina, Axel Kicillof habla como si estuviera en una asamblea universitaria y Sergio Berni hace videos proselitistas, mientras los delitos peligrosos, los homicidios y el narcotráfico crecen de manera exponencial.
La pregunta que me gustaría hacerles a usted, señor presidente y también a usted, señora vicepresidenta es: ¿Por qué en el medio de la crisis más grave de la historia del país, se dan el lujo de no hablar en persona desde hace cuarenta días? ¿Están tan lejos de la gente, que ni siquiera son capaces de percibir el contexto en el que están gobernando?
Cuando termine de compartir esta carta abierta, la abogada experta en temas de corrupción, Silvina Martínez presentará un informe de alto impacto, que debería llamarnos a todos la atención. Lo tituló: «Máximo Kirchner, solidario con la plata ajena». Explicará cómo el autor del impuestazo, al que llama de manera mentirosa «aporte solitario», se niega a pagar los impuestos, cuando se trata de su propio bolsillo.
Entre tantas filminas, discursos hipócritas y mentiras, este fin de semana recibí un video con el sobrio discurso de la primera ministra de nueva Zelanda, Jacinta Arden, anunciando, que ella misma, sus ministros y los directores ejecutivos de todas las empresas de servicios públicos, recortarían sus ingresos durante seis meses.
Sentí lo mismo que debieron sentir millones de argentinos: a nosotros, que nos creemos el centro del mundo, nos vendría bien aprender e imitar a otros países. Y a sus dirigentes también.
Fuente: La Nación
