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A una semana de los comicios: Juntos por el Cambio ganaría de norte a sur – Por: Daniel Salmoral

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DANIEL SALMORAL.- A sólo siete días de las elecciones generales de renovación legislativa nacional, las mediciones que se conocieron antes y en estas últimas horas, ratifican que el frente opositor «Juntos por Cambio» se quedaría con un nuevo triunfo similar o mayor al que obtuvo el pasado 12 de Setiembre en las PASO, sepultando así a un gobierno y un frente político enredado en sus propias incoherencias y desencuentros.

Cerca de 20 consultoras de distinto origen, han coincidido en señalar que el domingo 14 de noviembre las urnas mostrarían en los diferentes escenarios electorales, una resonante victoria del frente que hace dos años atrás perdía las elecciones presidenciales y hacía presagiar que una vuelta al triunfo no estaría tan cercana.

La pandemia y los desastres cometidos en la gestión por Alberto y Cristina, más allá que la vice busque como siempre desprenderse de los errores y las derrotas, fueron las causas por las cuales el macrismo y sus aliados otra vez están a punto de montar megafiestas populares amarillas en todas las plazas del país la noche del domingo venidero.

Las peleas internas, el lamentable papel de un presidente de «mentirita», las trapisondas de una vice que lo único que le importa es lograr impunidad para ella y sus hijos en las numerosas causas que los tienen imputados y la equivocación a la hora de gestionar y solucionar problemas, sumados a los constantes hechos de corrupción que caracterizan a las gestiones K desde que llegaron a la Casa Rosada con el jefe del clan, terminaron armando un combo perfecto para que este segundo desastre electoral que se avecina no sea más que la crónica de una masacre anunciada.

Si se concreta en los hechos la derrota K, significará que Cristina perdería la mayoría y el quórum propio en el Senado y también el frente político la presidencia de Diputados, lugar en el que por ahora mora y reina un ausente Sergio Mazza, «Humoman», quien se borró en este proceso electoral, seguramente para evitar ser señalado como uno de los principales responsables de esta humillante paliza que marcaría el comienzo del fin del kirchnerismo y de sus sueños monárquicos de continuarlos ahora con Máximo, otro gran armador en esto de perder elecciones. 

Así las cosas, la preocupación para el oficialismo ya dejará de ser el resultado del domingo, sino saber que harán a partir del lunes 15, porque los graves problemas que enfrentan se harán más grandes aún con una derrota dura sobre el lomo.

Algunos que dicen conocer el sentir íntimo de la señora de Kirchner, no dudan en afirmar que entre sus posibilidades estaría patear el tablero, responsabilizar al Presidente de la derrota y trabar cualquier intento de armar una gran mesa de diálogo para ver como se reconstruye un país cargado de situaciones difíciles tanto en el frente interno como externo.

Lo que si queda claro, es que no podrá seguir por este camino que eligió después de las PASO, porque ya quedó claro que de seguir por allí, el abismo es el único destino posible.

Tallar y dar de nuevo

En Salta, al igual que en el resto del país, las encuestas conocidas también indican que Juntos por el Cambio ganaría la contienda, derrotando así a los candidatos del Frente de Todos que se armó con candidatos consensuados entre los gobiernos nacional y provincial.

Si los vaticinios se cumplen en la provincia, Carlos Zapata y Emiliano Estrada ya tendrían asegurada una banca en el Congreso, quedando solo por saber si la tercera en juego será para la segunda de JxC, Inés Liendo, o para el 1er candidato de «Unidos por Salta», Guillermo Duránd Cornejo o para el 1ero de «Si-PRS», Felipe Biella.

Para que los macristas se lleven las dos bancas, será necesario que su lista duplique en votos a quien se ubique en tercer lugar caso contrario los diputados nacionales que representarán a Salta serán de tres frentes políticos diferentes.

Si esto ocurre, obligará al oficialismo salteño a replantear su armado político ya que si bien no tuvo problemas en ganar los comicios locales, tendrá que rever su relación con el Partido Justicialista, principalmente, ya que a pesar de haber recreado una nueva Comisión de Acción Política (CAP) con un «gustavista» de paladar negro, como Pablo Outes, no logró bajar temblores y sigue recibiendo duras críticas por parte de dirigentes de base que vienen reclamando, sin ser escuchados hasta ahora, que se abra el partido sin limitaciones, se reforme la Carta Orgánica y se permita una participación amplia de todos en los procesos electorales internos y hacia afuera también.

En los otros espacios, también habrá llegado la hora del recambio dirigencial, ya pensando en la gran elección de 2023 que exigirá caras e ideas nuevas.

Un nuevo jugador en la cancha

Al margen de lo electoral, hubo en Salta en estos días pasado un hecho político trascendente: Abel Cornejo, un hombre identificado con la Justicia desde su aparición en la escena pública, decidió aceptar el ofrecimiento del gobernador Gustavo Sáenz y asumir en el nuevo Ministerio de Seguridad y Justicia y saltar así a la arena política, algo que en su fuero íntimo Cornejo siempre consideró.

Entendiendo que el desafío que le propuso Sáenz estaba a la altura de sus antecedentes en el fuero judicial, recogió el guante y se puso al frente de una de las áreas de gobierno más complicadas, con la intención de aportarle su impronta y empezar así a dar sus primeros pasos en el planeta de la política.

Apenas asumió, no fueron pocos los que ya le hicieron saber sus intenciones de sentarse alrededor de una mesa para hablar de política y conocer sus intenciones en ese campo en el corto y mediano plazo.

¿Cuál será su futuro en este terreno complicado pero fascinante de la política?

Cómo dijo alguna vez el general Bartolomé Mitre cuando era presidente y le preguntaron si habría crisis en su gabinete: esas preguntas solo las responde el tiempo…